Trayectorias

Homenaje a Dolores Pla Brugat: editora, investigadora, colega y amiga

Rebeca Monroy Nasr

 

Para Anna Helena
Amor de sus amores

 

Dolores Pla Brugat (1954-2014) era una persona comprometida con la comunidad académica en la que se movía, y en gran medida su interés intelectual también lo volcaba para mejorar la vida de la Dirección de Estudios Históricos. Sería difícil hablar de su labor editorial sin tocar su lado académico, de investigación, o bien sin hablar de su persona, de sus afectos, de su talento emocional, porque no sólo era una historiadora de primera línea, innovadora en su quehacer con la historia oral, con su trabajo sobre la migración española, aunado a la visión del otro lado, la del mestizaje y la desindianización. También lo hacía en su decir y en su hacer cotidiano entre sus colegas, con sus asistentes y con sus alumnos.

Lola en Vilasacra, Gerona, L’Empodá, Cataluña, España

Julia Tuñón

 

Habíamos quedado en encontrarnos alguna vez en Vilasacra, o en Vilanova, pasear por ahí para enseñarme el sitio de sus recuerdos, escuchar sus historias a través de sus ojos mirando dónde habían pasado cincuenta años atrás. Yo  podría entonces imaginar cómo era su casa, el pueblo que ahora es chiquito y disperso, el río Muga, el camino que lo une a Vilanova,  estrecho y de tierra, casi invadido por las plantas que lo bordean. ¿Cómo puede ser que esas cosas permanezcan y Lola no esté más? Tiene que haber algún error. Esas cosas, casas, paisajes, árboles y el río solo pueden tener sentido con sus recuerdos, por sus recuerdos. Habíamos quedado en vernos ahí, quizás podría ser  en septiembre, en que yo iría a Barcelona y ella estaría todavía por esos sus lares.

DULOS: ética e historia

Carlos San Juan Victoria

 

A inicios de los años ochenta llegó al entonces Departamento de Investigaciones Históricas, pronto reconvertido en Dirección de Estudios Históricos, el pulular creativo  de un nuevo grupo de colegas mujeres. Venían, entre otros lados, del Proyecto de Historia Oral impulsado por la doctora Eugenia Meyer y se reorganizaron como Seminarios de la Mujer (las hermanas Tuñón Pablos, Conchita Ruiz Funes, entre otras) y de Inmigrantes (Rebeca Inclán, Guadalupe Zárate). Ahí tuvimos el gusto de conocer a una Dolores Pla joven, guapa y culta. Tras la fachada de cierta reserva, latían sus pasiones y convicciones, y sobre todo, un gran humor, la voluntad ibérica, viejas y nuevas tristezas que no borraban su sonrisa. Lola para los conocidos, Dulos para los más cercanos.

Pacheco, una mirada vuelta a la infancia

Luis Barjau

 

Correspondió a Enrique Florescano el mérito de haber introducido en el plano de la investigación histórica que se desarrollaba en esta Dirección de Estudios Históricos, dos nuevas vertientes de investigación que reformularon el sentido de los estudios históricos que se hacían no sólo en la DEH, sino en el INAH; y en cierta discreta proporción, no sólo en el instituto sino en algunas universidades y centros de estudios del país. Estas dos vertientes fueron la literatura y la economía, aunque sólo me ocuparé de la primera.

Hacer que mis palabras sean tu voz… En memoria de José Emilio Pacheco

 Francisco Pérez Arce Ibarra

 

Pocos escritores dejan su sello en el lenguaje de una época, de los habitantes de un país, de una ciudad. Un sello que rebasa los límites de un grupo o una generación. En las conversaciones cotidianas a menudo me encuentro citas de José Emilio Pacheco, una frase o el fragmento de un poema. “Ya somos todo aquello/ contra lo que luchamos a los veinte años”. Este poema que tituló “Antiguos compañeros se reúnen”, se incorpora con naturalidad en conversaciones de amigos. Se cita de memoria, con exactitud o con cambios mínimos: “ya somos todo aquello contra lo que luchábamos cuando teníamos veinte años”. La idea y la formulación son exactas. Esos dos versos contienen una sensación, una idea al mismo tiempo crítica y nostálgica, una fatalidad vital. La constatación sin reproche y hasta con calidez de lo que somos.

José Emilio o la pasión por la cultura

María Teresa Franco

 

Al seminario que en la década de 1970 integraban Héctor Aguilar Camín, José Joaquín Blanco, Nicole Girón, Carlos Monsiváis y Antonio Saborit más algunas figuras satelitales como José María Pérez Gay o Carlos Pereyra, José Emilio Pacheco llevó la novedad de sus rigurosas investigaciones y ensayos sobre la historia literaria y cultural de nuestro país. Su Seminario de Historia de la Cultura Nacional lo complementaba con sus sugestivos talleres de redacción.

Testimonio. José Emilio y el Seminario de Historia de la Cultura

José Joaquín Blanco

 

Hace ya más de cuarenta años, cuando fundamos el Seminario de Historia de la Cultura,  nos preguntamos durante varios meses qué metodología, qué marco teórico o qué orientación le íbamos a dar a nuestros trabajos. Era una época de mucho entusiasmo en los estudios culturales, estaba en su apogeo el estructuralismo, todavía funcionaba mucho el marxismo, había diversas corrientes de sociología de la literatura, empezaban los estudios de género, había varias postulaciones semióticas, en fin, de todo ese abanico ¿qué tipo de métodos y de instrumentos íbamos a utilizar?

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