Conferencia de Lilia Venegas sobre la historia del feminismo en México. Las oleadas moradas que cubrieron la ciudad de México.

Sergio Hernández Galindo*

 

 

El 8 de marzo el centro de la ciudad de México se vio cubierto con una enorme marea de color violeta. Una ola provenía de las flores de jacaranda que empezaron a florecer en esos días y que pintaron con su intenso color miles de árboles en muchas calles y avenidas. Otra ola, vibrante e intensa, provino de las miles de mujeres que vestían de color morado y que de manera indignada pero festiva tomaron el zócalo, las plazas y calles adyacentes al mismo.

 

En Iztapalapa, en el Centro Comunitario Culhuacán del INAH, una brisa morada también destelló ese día mediante la historia que Lilia Venegas, profesora-investigadora de la Dirección de Estudios Históricos, narró sobre el camino que ha recorrido la lucha de las mujeres en México. La conferencia denominada “Mexicanas de dos siglos: batallas por los derechos”, reunió a cerca de 40 personas, la gran mayoría mujeres, quienes escucharon y participaron con sus comentarios al final de la conferencia.

 


Día internacional de la Mujer en el Centro Comunitario Culhuacán, Ciudad de México, 8 de marzo de 2023. Fotografía: Sergio Hernández G.

 

La charla se dividió en cuatro partes. En la primera parte se abordó la lucha de las mujeres a finales del siglo XIX y principios del XX. Las trabajadoras norteamericanas e inglesas demandaban mejores condiciones de trabajo en las fábricas textiles y exigieron su derecho al voto. En México, diversas revistas editadas por mujeres reclamaban derechos sociales y expresaban ya la importancia del derecho al sufragio femenino.

 

En ese marco internacional, las mujeres en México, antes de la Revolución de 1910, empezaron a destacar por su participación contra la dictadura de Porfirio Díaz y por el mejoramiento de las condiciones laborales. Durante la lucha revolucionaría miles de mujeres más se sumaron activamente a diversas actividades de apoyo a los ejércitos revolucionarios participando directamente como soldados y aun con cargos militares de dirección.

 

Venegas destacó que en esa época se celebró el primer congreso feminista en México en el año de 1916. En la ciudad de Mérida, donde se llevó a cabo el congreso, las mujeres alzaron su voz para demandar el reconocimiento para votar en las elecciones, el derecho a la educación sexual, a la maternidad libremente elegida, al divorcio y la adopción de medidas para el bienestar materno-infantil. El congreso fue muy importante no solo por las demandas tan avanzadas que se plantearon, sino porque reunió no solo a feministas, también a mujeres de muy diversas vertientes ideológicas, ocupaciones y estratos sociales.

 

En esa misma ciudad tuvieron lugar en 1923 los acontecimientos que llevarían a instituir al 10 de mayo como “día de las madres”. El activismo de las feministas (mexicanas y estadounidenses) a favor de la educación sexual y la planificación de la maternidad escandalizaron a los sectores conservadores regionales y nacionales al grado de registrarse un auténtico pánico moral. El periódico Excélsior, el alto clero y el propio secretario de educación, José Vasconcelos, promovieron entonces la celebración de la maternidad prolífica y abnegada que, desde su punto de vista, contrarrestaría los efectos “antinaturales” que promovían las feministas.

 


Lilia Venegas y María del Carmen Mendoza en el Centro Comunitario Culhuacán, Ciudad de México, 8 de marzo de 2023. Fotografía: Sergio Hernández G.

 

En la segunda parte, la conferencista expuso la larga lucha por el derecho al voto femenino que no se consiguió en México sino hasta el año de 1953. Especialmente durante la década de los treinta las movilizaciones de las mujeres fueron muy activas, incentivadas por la promulgación de la constitución de 1917 que no reconoció el derecho al sufragio femenino y la manifestación favorable sobre el sufragio femenino del propio presidente Cárdenas. En 1938 el derecho de las mujeres a votar y ser votadas fue aprobado por el congreso federal y los congresos estatales, sin embargo, este derecho quedó sin efecto al no publicarse este resolutivo en el Diario Oficial de la Federación.

 

El ambiente adverso que generaron los movimientos conservadores a nivel nacional e internacional en momentos cercanos a la sucesión presidencial influyó en la decisión del general Cárdenas quien, de acuerdo con diversas autoras, calculó que el voto de las mujeres podría inclinar la balanza a favor de la derecha, como, se decía, había ocurrido recientemente en España. La candidatura del opositor Juan Andrew Almazán parecía atraer a hombres y mujeres de clase media y ofrecía el reconocimiento al sufragio femenino. En septiembre de 1939 se fundó el conservador Partido Acción Nacional que atraía también a estos sectores, aunque este partido no podía presentar candidato para la presidencia en ese ejercicio electoral.

 

En la tercera parte, Venegas reflexionó sobre las grandes movilizaciones que a nivel internacional y nacional desataron una nueva oleada de las luchas feministas a partir de la década de 1970. El uso de las pastillas anticonceptivas se generalizó y la participación de las mujeres, cada vez más amplio en los diversos campos de la sociedad, se reflejó de manera central en la creciente incorporación de las mujeres en la educación, sobre todo en los niveles medio superior y universitario en México. La participación activa de las mujeres, tanto en el movimiento estudiantil de 1968 como en la creación de diversas organizaciones con demandas propiamente feministas, se mostraron plenamente en las décadas posteriores.

 

La cuarta parte abarcó las batallas de las mujeres en las últimas tres décadas. Lilia Venegas resaltó el papel que jugaron las indígenas en la creación del Ejército Zapatista de Liberación Nacional en 1994 y en la construcción de una agenda propiamente de género que reconoce y destaca claramente las demandas de las mujeres en la creación de una sociedad nueva.

 

Durante las dos décadas del siglo XXI ha surgido una nueva oleada morada con una masiva participación de mujeres y una reelaboración de movimientos feministas y de género, diversos y amplios, diferenciados entre sí por su constitución y procedencia de múltiples capas de la sociedad.

 

La charla cerró con testimonios y opiniones de las mujeres que viven en las cercanías del Exconvento Culhuacán, quienes expresaron con gran claridad y decisión sus anhelos y problemas como trabajadoras, amas de casa y madres. Sin duda alguna una oleada morada que se muestra activa y deseosa de participar y que el Centro Comunitario Culhuacán impulsa como parte central de su misión.    



* Profesor-investigador de la Dirección de Estudios Históricos del INAH.