Cartografía del deseo

ENVIADO POR EL EDITOR EL Martes, 11/02/2025 - 13:08:00 PM

Gabriela Pulido Llano, “El mapa del pecado. Representación de la vida nocturna en la ciudad de México, 1940-1950”, tesis de doctorado, Escuela Nacional de Antropología e Historia-INAH, México, 2014.


Mario Camarena Ocampo*

 

En “El mapa del pecado…” Gabriela Pulido estudia la vida nocturna de la ciudad de México en la década de los años cuarenta del siglo XX. Una innovación en la historiografía mexicana que la autora aborda como un fenómeno cultural, susceptible de ser estudiado en su devenir.

 

La construcción cultural de la noche, lo nocturno y, de manera particular, la vida nocturna tiene su propio proceso. La noche no es un concepto estático, sino que su concepción se va formando al calor de las relaciones sociales a través del tiempo, pero a pesar de su dinamismo mantiene inmutable la asociación con la maldad.

 

La fuente principal de Gabriela Pulido para estudiar a los personajes de la vida nocturna es la hemerografía especializada en nota roja, la cual adopta dos formas: el texto y la gráfica. Esta documentación denota una gran riqueza para el análisis del discurso acerca de la moral social.

 

El periodismo de nota roja, tanto en su vertiente textual como en la gráfica, permitió a la autora analizar el lenguaje, los valores morales, el concepto del cuerpo y el de la sexualidad en las décadas de 1940 y 1950 con el fin de observar la manera en que este género periodístico impactó en la vida nocturna de la ciudad de México. Así, la prensa se convierte en otro sujeto de la investigación y adquiere su singularidad porque fomenta y construye sus propios valores sobre la noche y la ciudad. La prensa define lo moral y lo inmoral a través de sus relatos y sataniza los centros nocturnos por ser centro de “vicio y corrupción”.

 

Con esta investigación Gabriela Pulido devela dos asuntos interesantes para futuras investigaciones: el periodista de nota roja como sujeto de investigación histórica, que prácticamente no ha sido abordado desde la Historia; y en el campo de la reflexión metodológica, el problema sobre la lectura de una misma fuente a partir de un nuevo sujeto de estudio

 

A partir del estudio de la noche y los personajes nocturnos, la autora reconstruye la dinámica social de la ciudad de México en los años cuarenta y muestra cómo los espectáculos nocturnos construyeron una serie de prototipos respecto a lo que significa ser hombre y ser mujer en cuanto a conductas socialmente aceptables o no: cómo vestir, hablar y comportarse, qué es lo bueno y lo malo. Aborda el ideal del habitante nocturno de la ciudad: un padrote noble, una prostituta de buen corazón, una encueratriz pudorosa, un ladrón honorable, un policía defensor de los débiles, un rico pobre en sentimientos y un pobre rico en valores. Estos prototipos ayudan a construir los valores de la sociedad de esos años donde se tratan de borrar las diferencias sociales en la vida nocturna.

 

Una característica central dentro del contexto político y social que se vivía en la época estudiada es la despolitización de la sociedad fomentada desde el gobierno. En el periodo posrevolucionario, aquél buscó que la población se preocupara más por la diversión que por tener presencia en los espacios políticos. Desde la década de los treinta hasta mediados de los sesenta, el interés de la sociedad y de los medios de comunicación es hacer hincapié en las diversiones nocturnas, en buena medida inhibiendo las prácticas políticas radicales que pudieran trasformar el mundo en el que vivían. Así, el auge de la vida nocturna coincide con la decadencia de la vida política activa y el fortalecimiento del discurso gubernamental de la unidad nacional.

 

Sin duda, el proceso histórico estudiado por Gabriela Pulido es el de la formación de una cultura popular donde la vida nocturna tiene un lugar importante. Los personajes de la vida nocturna se convierten en iconos urbanos; así ocurre con  la bailarina, el cinturita, la cabaretera, el parroquiano, etc., tienen características específicas con cierto ingrediente de contracultura y, sin embargo, son inofensivos para las políticas públicas. Su discurso y su presencia no representan peligro alguno y se les ve como personajes “modernos”. Lo que sería interesante ver es cómo se expresa la moralidad de los diferentes sujetos sociales de la sociedad urbana en la prensa de nota roja.

 

La ciudad de México es otro personaje en el trabajo que nos ocupa. En la década de los cuarenta del siglo XX la ciudad crece hacia el norte, la mancha urbana se expande a costa de las tierras de labor; la crisis en el campo ha provocado la llegada a la ciudad de México de una gran cantidad de personas provenientes del ámbito rural, del mundo indígena, campesino y pueblerino. Por los mismos años se agudizan, los conflictos por la vivienda y los servicios. Los valores de lo urbano y lo rural entran en relación y forman una nueva cultura que será denominada cultura popular.

 

Según Pulido Llano, la vida nocturna tiene sus propios espacios y fronteras para sus conductas singulares —centro nocturno, calles, hoteles— pero que eran sancionadas fuera de ellos. Esto tenía que ver con la moral, pero también, en buena medida, con que el Estado, dentro de una idea de modernidad, no regulaba el funcionamiento de estos espacios, dejándolos en manos de los agentes de la diversión (dueños de bares, centros nocturnos, lenones, etcétera). La autora expone con mucha finura la vida en el cabaret: la violencia, los tipos de baile, las formas de vestir, el lenguaje y la concepción de sexualidad prevaleciente.

 

El mundo de la noche generó su propio lenguaje y significados, dice Gabriela Pulido, arraigados en las diversiones y los espacios de los centros nocturnos; dentro de la vida nocturna se generaban diferentes propuestas culturales, rompiendo con la idea de que la vida nocturna era monolítica. Así, la propuesta es mostrar la complejidad y dinamismo de la diversión nocturna.

 

La forma en que los periodistas de nota roja representan la vida nocturna se relaciona de manera insistente con la violencia y las transgresiones, donde las mujeres expresan el erotismo a través de movimientos insinuantes en el baile y, el hombre, si bien parece ser un simple espectador, debe ser más activo de como lo perciben esos periodistas, lo cual es un tema interesante para estudiar en futuras investigaciones.

 

Por otra parte, la manera de mirar el mundo de la noche cambió de forma importante en los años sesenta, cuando comienzan los primeros pasos encaminados a una valoración diferente del papel social y político de la mujer, lo cual tiene un punto de quiebre con la participación femenina en el movimiento estudiantil de 1968.

 

La tesis doctoral de Gabriela Pulido aborda un tema novedoso que constituye un aporte a la historiografía mexicana, tanto por la forma de abordar el tema como por la abundante información que manejó, lo que nos lleva a reflexionar acerca de que las tesis, tanto de licenciatura como de posgrado, deben estar presentes en los balances historiográficos de este periodo histórico y no quedar empolvadas en las bibliotecas por considerarse como material de segunda, y evaluarlas como lo que son: investigaciones serias que hacen aportes al conocimiento histórico.

 

* Dirección de Estudios Históricos, INAH.