Presentación
ENVIADO POR EL EDITOR EL Lunes, 12/05/2025 - 14:26:00 PMEl tema central del número 21 de Con-temporánea gira en torno de la maternidad y la ética de cuidados. Temas que aparecen entrelazados aun en tiempos en los que hemos transitado ya por el feminismo de la segunda ola —en la década de los setenta—, por la victoria cultural del feminismo —asíanunciada por Monsiváis en la primera década de este nuevo siglo—, y por la elección de una mujer para la presidencia de México, en junio del 2024.
Cuidar de los otros —especialmente, de los hijos— es, hasta hoy, una tarea realizada mayoritariamente por mujeres. Con base en la Encuesta Nacional de Ingresos y Gastos de los Hogares (ENIGH) 2022,[1] las mujeres que se dedican al hogar y al cuidado de algún miembro de la familia destinan 54.3 horas de su vida a estas labores cada semana, mientras que los hombres que se encuentran en la misma condición destinan a ello 30.2 horas semanales. Es casi seguro que ha habido un desplazamiento generacional importante en favor de la disminución de la desigualdad entre hombres y mujeres frente a las tareas de cuidado. Hace algunas décadas era impensable observar a un hombre llevando un carrito en el supermercado, asistiendo a las juntas escolares de los hijos o cambiando pañales. En algunos de los muchos Méxicos, que conviven en el mismo tiempo y territorio nacional, hombres y mujeres comparten hoy la responsabilidad y las tareas de la crianza de manera bastante más equilibrada; pero la equidad no es, todavía, normal en la mayor parte de las regiones, sectores sociales y grupos de edad.
Aun si se tratara de distribuir entre la pareja equitativamente el trabajo doméstico, el cuidado de los hijos o familiares, y, además, el trabajo fuera de casa, la cantidad de horas y la energía consumidas es significativa, por decir lo menos; ni qué decir si las condiciones habitacionales, el entorno urbano y de traslado, por ejemplo, distan mucho de ser adecuadas.
No es de extrañar, por tanto, que el tema haya cobrado relevancia desde los años setenta del siglo XX, cuando un importante porcentaje de mujeres se incorporaron al trabajo remunerado. Sin ánimo de presentar un panorama exhaustivo, conviene recordar que las feministas de ese tiempo, especialmente en Inglaterra, Italia y España, destacaron la invisibilidad y la desvaloración del trabajo doméstico que, sumado al trabajo remunerado, duplicaba la jornada de trabajo de las amas de casa. En México, grupos como el Colectivo La Revuelta no dejaron pasar la cuestión que se llevó a los grupos de discusión donde se leía a autoras como Seccombe (1974), Coulson, Magas y Wainwright (1975), Durán (1977), Foppa, (1977), y Gardiner (1975).[2] La sutil frontera entre la academia y el feminismo se expresó en publicaciones de la entonces joven revista Fem[3], y en mecanoescritos que circulaban de mano a mano. La traducción práctica del debate llegó a hacer eco de la consigna: “Salario para el trabajo doméstico”.
Como señalaba líneas arriba, el problema del trabajo doméstico se entrelazaba, entonces como ahora, con la problemática de la maternidad. Sobre esa noción conviene señalar que, en el marco de los estudios de género y en la agenda feminista de diversas tendencias, la maternidad no mostraba mucho éxito. Se le veía críticamente por sus connotaciones de “pérdida de oportunidades” (maternidad versus desarrollo profesional), tradicionalismo y heteronormatividad. En México y América Latina, la idealización conservadora y esencialista que rodeaba a la maternidad a partir de su asociación con la religiosidad católica, resultaba un tanto incómoda para un feminismo que, en política y moral social, se colocaba más bien a la izquierda. Tomó algún tiempo para que la cuestión avanzara con las aportaciones y cuestionamientos de la investigación y la reflexión desde distintas disciplinas. A la publicación, en 1981, de ¿Existe el amor maternal? Historia del amor maternal. Siglos XVII al XX, de Élisabeth Badinter (discípula de Simone de Beauvoir), siguió, un año después, la influyente publicación de Marta Acevedo, A cien años del 10 de Mayo,[4] y una oleada de publicaciones sobre el trabajo doméstico, como las mencionadas líneas antes, que permearon, poco a poco, entre un público no exclusivamente de especialistas. Esas lecturas estimularon el análisis de diversas formas históricas y sociales del maternar, así como de la densidad cultural de la maternidad, ya no solo en un plano práctico (como trabajo de cuidado, tarea de crianza o maternaje), sino como metáfora que interviene de manera simbólica en la construcción de la subjetividad (personal y colectiva), de su imbricación con el mundo político y partidario y con la construcción de la identidad nacional y del Estado nación.
Hacia fines del siglo XX y las primeras décadas del XXI, las novedades entre las filas del feminismo y de los estudios de género incluyeron una mirada más atenta y desprejuiciada sobre lo que empezó a aludirse como maternidades, en plural. Difícilmente se puede medir con precisión los efectos de la intersección entre lo global y lo local sobre esta problemática, o de la democratización que incluyó (entre otros aspectos) la inclusión relevante de mujeres en la esfera política. El hecho es que surgió una nueva generación de feministas dispuestas a relacionarse con la maternidad desde posiciones libres de la connotación tradicionalista que había generado suspicacias en la generación anterior. Autoras como Adrienne Rich (1976) Audre Lorde (1984), Patricia Hill Collins (1990, 2014), Bell Hooks (1984), Sara Ruddick (1989) y en México Marcela Lagarde (1990),[5] entre otras, mantuvieron su punto de vista acerca de la importancia de la maternidad en la comunidad, así como por el potencial revolucionario de la maternidad en un entorno hostil. Con todo, sus ideas se mantuvieron en el margen en comparación con el avance del choice feminism (feminismo de la libre elección) y el feminismo empresarial, mismos que coincidían con algunos de los valores del neoliberalismo como el individualismo, la independencia y el control. Estudios como los de Christina Scharff (2014) y Mavis Machirori (2021)[6] muestran la gran influencia que han tenido esas ideas en la subjetividad de las madres jóvenes, y las batallas que han tenido que librar cuando tratan de otorgar sentido a la experiencia de la maternidad en un entorno que es hostil a los cuidados y la interdependencia. Paralelamente, sin embargo, se abrió espacio la vertiente cuestionadora descolonial, popular e indigenista.
Coordinar este volumen de Con-temporánea es, en parte, consecuencia de nuestra trayectoria de investigación que ha coincidido en temas que giran en torno de la participación política de las mujeres, donde la maternidad emerge desde muy diversas facetas. A esta coincidencia se sumó el encuentro con Abril Saldaña quien, en un proyecto a propósito del trabajo doméstico asalariado, observaba la relevancia de la misma noción y problemática. En 2015 organizamos un seminario que concluiría con la publicación, dos años más tarde, de A Toda Madre, una mirada interdisciplinaria de las maternidades en México, libro que reúne 17 textos que dan idea de la respuesta académica frente a la cuestión, además de otras publicaciones que han seguido esta línea (Davids y Venegas, 2021)[7].
Al estallar la pandemia en el 2020, con la política sanitaria de encierro obligado para más de la tercera parte de la población en México, los trabajos de cuidado, extrañamente invisibles —todavía— en alguna medida, emergieron a la vista de todos. No es de extrañar que esto ocurriera, justamente, cuando los hombres se vieron obligados a permanecer en el hogar y a compartir y negociar su estancia en un mundo (el privado) al que fueron arrojados sin previo aviso.
La relevancia de la cuestión de la maternidad y el cuidado de los otros ha trascendido al debate feminista mismo, ubicándose hoy como una cuestión ineludible para la sociedad y el Estado, lo que nos convoca a dirigir la mirada hacia el pasado desde diversas perspectivas.
El dossier de Con-temporánea inicia con un sugerente artículo de Perla Jaimes Navarro, que destaca el importante papel que ocupaba la maternidad en el ideario y la prensa anarquista de las primeras décadas del siglo XX. Llama especialmente la atención que, aun entre militantes de izquierda —libertarios, individualistas, pacifistas, antinacionalistas, antimilitaristas—, la maternidad apareciera como el destino común e incuestionable de las mujeres. Cierto, ubicados en su tiempo, con la mentalidad avanzada de proponer el control de la fecundidad, el amor libre e, incluso, la consigna feminista anarquista: ¡Ni patrón, ni dios, ni marido!
El artículo de Angélica Yasmin Dávila Landa dirige la mirada a uno de los eslabones más débiles de la cadena de cuidados: el que se encarga de las personas con discapacidad. En este ámbito, el tema de las madres cuidadoras y su labor se aborda desde dos dimensiones: la reflexión teórica que se ha desarrollado en torno al problema, y la crónica analítica del activismo en torno de esta labor como se ha desarrollado en una organización de madres de San Luis Potosí, México. Su lectura remite, entre otras, a la cuestión fundamental que ha planteado Butler: “Si un grupo se considera vulnerable, entonces alcanza un estatus que le permite reclamar protección; en consecuencia, surge la pregunta: ¿a quién se dirige dicha reclamación y qué grupo aparece como el encargado de proteger a los vulnerables?”.[8]
Desde el vibrante proceso social y político chileno, Catalina Arteaga, Carolina Giaconi y Soledad Rojas abordan el lugar que el feminismo y la ética de cuidados ocuparon en el proceso de redacción de la primera propuesta constitucional desde los tiempos de Pinochet, Constitución Política que se elaboró como resultado de la confluencia de movilizaciones sociales diversas, y respuesta también a la brutal represión gubernamental. Diversos actores sociales conformaron la comisión encargada de aquella paciente y cuidadosa tarea vital, denominada Acuerdo por la Paz Social y la Nueva Constitución. Aunque en septiembre de 2022 la ciudadanía votó mayoritariamente en contra de esta propuesta, el mandato del cambio siguió vigente y el análisis sobre este “proceso histórico singular” ilumina de manera brillante la radicalidad e importancia del “sostenimiento de la vida” que se ubicó en el centro del debate.
Sergio Hernández, estudioso de la historia japonesa reciente, aborda el papel de las mujeres/madres japonesas que migraron a México durante las primeras décadas del siglo XX, y hasta la Segunda Guerra Mundial. Para acercarnos a los códigos culturales con los que ellas se enfrentaron en la nación de acogida, el autor dibuja un paisaje histórico cultural sumamente interesante. El paso del Japón hacia una nación expansionista de primer orden se basó en un complejo entramado religioso, la exaltación nacionalista, la supremacía moral y, de manera especialmente intrigante, en la asimilación del Estado —bajo la representación del “emperador divino” Tenno— con la familia patriarcal tradicional: el Estado nación como una gran familia. En ese marco, la educación y el papel de las mujeres/madres cobró relevancia. La historia de Mitsuko, poeta japonesa, cierra el artículo, aportando una dimensión cálida y humana sobre la experiencia de la migración para las madres japonesas.
“Destejiendo a Clío”, sección que acoge propuestas de la investigación histórica e historiográfica, incluye en esta ocasión dos trabajos. Patricia Massé coloca bajo la lupa la tarea del primer encuentro con la imagen fotográfica: cómo se cataloga, qué indicaciones acompañan su descripción. Se trata de una tarea técnica especializada; pero no bastan conocimientos periciales, socioculturales del lugar o incluso el momento de la toma de la imagen en cuestión, nos dice; implica, además, una mirada cultural que puede omitir o sesgar lo que se cataloga, afectando los resultados de la investigación. Las fotografías de mujeres encinta en distintos periodos son la base sobre la que discute este importante tema. Helena Chávez, por su parte, reflexiona acerca de materias que son una constante del trabajo historiográfico: el sentido de la historia, la teleología, las temporalidades y los ritmos de cambio y percepción del tiempo. Lo hace a través de un texto bellamente escrito que invita a adoptar una mirada diferente para la ética del cuidado: ángulos mucho más abiertos (y más íntimos) para pensar y documentar el trabajo y la responsabilidad del oficio de historiar. Destaca, sin duda, la centralidad civilizatoria del cuidado que sale de los parámetros convencionales para descentralizar el antropocentrismo y considerar, también, el ecosistema.
En la sección “Expediente H”, Gabriela Contreras comparte una mirada desde los Países Bajos a propósito de la paradoja de la maternidad y su participación en el mercado de trabajo. Se publica en inglés, con lo cual inauguramos —e invitamos— a abrirnos a textos y comunicaciones en otras lenguas. Mónica Martí nos exhorta a reflexionar sobre la historia y la antropología de las emociones, justamente a partir de la experiencia y percepción de la arquitectura religiosa virreinal que educaba (y educa) sobre los sentimientos de la (sagrada) familia y, por extensión, sobre la familia secular; enfoca en su texto el relevante papel del padre a partir de la representación de San José.
En “Post-Gutenberg”, la galería alberga en esta ocasión cuatro piezas en torno de las maternidades: desde los Países Bajos, Farah Widmer comparte una escultura en cerámica y Marloes Verhoeven nos hace llegar imágenes fotográficas. En el audio, el podcast de Lucina Melesio y Carlos Bravo Regidor aborda el polémico tema de los vientres de alquiler y, para cerrar esta sección, incorporamos un fragmento de video sobre la presentación del taller “Maternidades de frontera”, de Tine Davids y Lilia Venegas.
Dedicamos la sección de “Trayectorias” a dos grandes amigas y colegas de la DEH y también destacadas pioneras de los estudios de género en México: Enriqueta Tuñón y Marta Acevedo.
En “Noticias” presentamos en esta ocasión cinco textos con temáticas de actualidad que ofrecen distintas miradas sobre las maternidades. Ana G. Bedolla Giles, que tristemente falleció el lunes 31 de marzo de 2025, narra una experiencia a caballo entre la experiencia individual y su transformación en demanda social frente a la violencia obstétrica. Lourdes Villafuerte García, desde el sí mismo, comparte una experiencia sobre la diversidad del maternaje y el trabajo de cuidado sin parto de por medio. Entre el ensayo y el género epistolar, Helena Chávez Mac Gregor presenta una reflexión intimista sobre los desafíos del trabajo de cuidados en tiempos de encierro e incertidumbre por la pandemia del covid-19, su texto, como el de Gabriela Contreras, se publica en inglés. Álvaro Angoa presenta una crónica de pandemia que, ubicada entre el México rural y un mercado de la Ciudad de México, narra la conformación de un colectivo de mujeres que, ejerciendo el oficio de la prostitución, comparten entre ellas apoyo, cuidados, memoria y proyectos alternativos frente al vacío de familia, materpaternaje y Estado. La contribución de Claudia E. G. Rangel Lozano cierra esta sección enfocando —y problematizando— una de las más dolorosas facetas de la realidad cotidiana del México de nuestros días: las cifras escandalosas de víctimas de desaparición forzada y el sufrimiento de las madres que son, también, victimizadas.
Tine Davids y Lilia Venegas
[1] Apud “Mujeres en México casi doblan a los hombres en tareas de cuidado, denuncia Oxfam”, Forbes México, 7 de marzo de 2024, disponible en https://forbes.com.mx/mujeres-en-mexico-casi-doblan-a-los-hombres-en-tareas-de-cuidado-denuncia-oxfam/.
[2] Wally Seccombe, “The housewife and her labour under capitalism”, New Left Review, vol. 1, núm. 83, Londres, 1974; Margaret Coulson, Branca Magas y Hilary Wainwright, “The housewife and the labour under capitalism. A critique”, New Left Review, vol. 1, núm. 89, Londres, 1975; María Ángeles Durán, El ama de casa. Crítica de la economía política de la economía doméstica, Madrid, Editor Zero, 1977; Alaide Foppa, “Salario para el trabajo doméstico?”, Fem, vol. 1, núm. 3, México, Nueva Cultura Feminista A. C., 1977, pp. 13-17; Jean Gardiner, “Women’s Domestic Labour”, New Left Review, vol. 1, núm. 89, Londres, 1975.
[3] Elena Urrutia, “El trabajo de los ángeles caseros”, Fem, vol. , num. 3, abril-junio, México, Nueva Cultura Feminista A. C., 1977, pp. 10-12.
[4] Marta Acevedo, A cien años del 10 de Mayo, México, UNAM, 2023.
[5] Adrienne Rich, Of woman born: Motherhood as experience and institution, New York / Londres, W. W. Norton & Company, 1979; Audre Lorde, Sister outsider. Essays and speeches, Berkeley, Crossing Press, 1984; Patricia Hill Collins, Black feminist thought: Knowledge, consciousness, and the politics of empowerment, Boston, Unwin Hyman, 1990; Patricia Hill Collins, Reconceiving motherhood, Toronto, Demeter Press, 2014; Bell Hooks, From margin to center, Boston, South End Press,1984; Sara Ruddick, Maternal thinking: Towards a politics of peace, Boston / Nueva York, Beacon Press, 1989; Marcela Lagarde, Los cautiverios de las mujeres. Madresposas, monjas, putas, presas y locas, México, , 1990.
[6] Christina Scharff, “Gender and neoliberalism: Exploring the exclusions and contours of neoliberal subjectivities”, Theory, Culture & Society, vol. 31, núm. 6, Goldsmiths, University of London, 2014, pp. 107-122; Mavis Machirori, “Constructs and contradictions of mothering identities as experienced by new mothers in the postnatal period in a contemporary urban setting, DiGeSt", Journal of Diversity and Gender Studies, vol. 7, núm. 2, Ghent University, 2021, pp. 51-66. doi:10.21825/digest.v7i2.16566.
[7] Abril Saldaña Tejeda, Lilia Venegas Aguilera y Tine Davids (coords.), ¡A toda madre!, Una mirada multidisciplinaria a las maternidades en México, México, INAH / Universidad de Guanajuato / Universidad de Radboud / Ítaca, 2017; Tine Davids y Lilia Venegas, “Imágenes de la maternidad en la política. Debates, conceptualización y teoría (entre la parresia y las gubernamentalidades)”, en Ofelia Becerril Quintana y Ángeles Sánchez Bringas (coords.), Maternidades en debate en el siglo XXI, México, El Colegio de Michoacán / UAM, 2021.
[8] Judith Butler, La fuerza de la no violencia, México, Paidós, 2022, p. 74.