Consejo Mexicano de Fotografía
ENVIADO POR EL EDITOR EL Jueves, 24/10/2024 - 13:02:00 PMRebeca Monroy Nasr, Consejo Mexicano de Fotografía, México, Secretaría de Cultura / Centro de la Imagen (col. Lecturas al Acervo), 2021.
Abigail Pasillas Mendoza*
El Centro de la Imagen (CI) presentó recientemente la colección Lecturas al Acervo, proyecto que enfatiza el valor patrimonial e histórico de la fotografía y la labor de preservación que la institución lleva a cabo en torno a ello:
Bajo la idea de que las colecciones son memoria viva que debe conservarse, investigarse y difundirse, Lecturas al Acervo es un programa editorial y expositivo que surge con el objetivo de desarrollar aproximaciones inéditas y curadurías de archivo sobre los fondos fotográficos, documentales y bibliográficos. Se suma a las tareas permanentes de registro, catalogación, normalización y digitalización que el Centro ha realizado en diferentes etapas desde su creación en 1994.[1]
En su salida editorial,[2] Lecturas al Acervo se suma a otros proyectos dedicados a la fotografía, algunos de amplia tradición como la revista Luna Córnea, publicada desde 1992, y otros de más reciente aparición como la colección Ensayos sobre Fotografía, iniciada en 2012.
Portada de Consejo Mexicano de Fotografía, de Rebeca Monroy Nasr, Ciudad de México, 2021. Fotografía: Elic Herrera.
Con la participación de un editor invitado para cada número, Lecturas al Acervo se integra por un ensayo original, un portafolio de imágenes de los fondos del Centro de la Imagen (fotografías, documentos y materiales bibliográficos), el listado de fuentes y una sección titulada Inventario que reúne la ficha técnica de todos los materiales presentados.
El primer número de la colección, publicado en 2021 bajo el título Consejo Mexicano de Fotografía, tuvo como editora a la fotohistoriadora Rebeca Monroy Nasr.[3] A partir del tema propuesto por el CI, la autora analizó parte del fondo fotográfico, documental y bibliográfico de la hoy extinta asociación civil Consejo Mexicano de Fotografía (CMF) —activa entre 1977 y 2015, año en que el CI recibió en donación el referido fondo— y que reúne aproximadamente 8 000 impresiones de 892 autores. Este conjunto de fotografías se divide además en 27 subfondos por país, con presencia de México y América Latina, y en menor número, de Europa y Estados Unidos.
La historiadora se abocó a estudiar el subfondo México, integrado por 3 315 fotografías. A partir de un minucioso análisis histórico, visual y técnico, Monroy Nasr presenta una nueva perspectiva a ese conjunto fotográfico, lo que nos permite mirarlo y entenderlo desde parámetros poco o nada abordados con anterioridad. Si bien el fondo del CMF que resguarda el Centro de la Imagen ha sido investigado previamente por especialistas para diversas exposiciones y publicaciones —entre las que destaca el número 34 de la revista Luna Córnea (2013), que forma parte de la trilogía de Viajes al Centro de la Imagen—, el texto de Monroy Nasr reviste novedosas aportaciones a la historiografía, tanto de la historia del Consejo, como de la fotografía contemporánea hecha en México y al estudio de las colecciones del CI como acervo público.
Este último aspecto es especialmente relevante pues la investigación de Rebeca se enmarca en un esfuerzo por activar las colecciones de un espacio dedicado a la preservación y difusión de fotografía que es fundamental en nuestro país. Con la investigación de Monroy Nasr se inaugura entonces la colección Lecturas al Acervo, que representa la articulación de un proyecto que conceptual y editorialmente reconoce el valor de las colecciones públicas de y sobre la fotografía en México y, en particular con este primer volumen, reconoce también la significación histórica, visual, estética, ideológica, artística y documental del Consejo Mexicano de Fotografía.
Monroy Nasr realiza un abordaje que destaca por su sello personal: rigor histórico y metodológico desplegado a través de una escritura fluida, con cierto grado de humor y una vertiente testimonial, sin duda una de las mayores aportaciones de esta publicación. Fotógrafa de formación, la autora deja ver sus andares como una mujer documentalista que detrás de la lente vivió una de las épocas más ricas del devenir fotográfico de las últimas décadas en México. En su ensayo “Sin título: imágenes del Consejo Mexicano de Fotografía”, la autora presenta las coordenadas de estudio del corpus de más de tres mil obras, así como las condiciones sociales de producción de la época, junto con las condiciones personales de sus autores y autoras, a quienes entrevistó —casi en su totalidad— como parte de esta investigación.
Diversos aspectos del ensayo hacen de este texto una fuente relevante para el ámbito. Algunos de los más destacables son, en primer lugar, que la autora integra a su análisis sobre el CMF y las obras que preserva el CI, una valiosa autorreferencia —y autocrítica— a la luz de la distancia histórica que suma la vivencia personal a la reflexión sobre lo colectivo. Esto permite al lector reconocer la escena fotográfica de los años ochenta y noventa del siglo XX, como algo complejo y heterogéneo, contradictorio e incluso, radical. En el apartado “El reencuentro”, cuando rememora su propio pasado, Monroy Nasr aquilata el aprendizaje de su paso creativo marcado por la militancia visual, así como por la impronta del realismo y del discurso documental típica de la producción fotográfica post 1968, de la que tanto ella como el CMF son herederos:
Trabajar y analizar los materiales del Fondo Consejo Mexicano de Fotografía me ha permitido recordar las fuentes visuales que evocábamos y creábamos bajo aquel ambiente, con la certeza de que eran testimonio fidedigno de la realidad, de un 1968 escondido, disfrazado o manipulado, en donde no se reconocían los muertos, los heridos, ni los desaparecidos, con un claro desdén por las demandas sociales. Una olla exprés de peticiones sindicales, magisteriales, médicas, laborales de toda índole, es era lo que las imágenes pretendían y deseaban evidenciar.[4]
Así, la foto documental, la experimental y el fotoperiodismo representados en el Fondo Consejo Mexicano de Fotografía se someten al análisis de Monroy Nasr bajo una óptica complementaria: el testimonio de la fotógrafa que aporta información de primera mano, conocimiento técnico y de contexto, mismo que se actualiza y matiza a través de la mirada de la fotohistoriadora.[5]
Por otra parte, aunque en estrecha relación con lo anterior, destaca el provocativo título del ensayo, “Sin título...” con el que Monroy Nasr alude a uno de los diversos tópicos que analiza: durante las décadas de los setenta y ochenta en México, era común en la práctica documental no asignar títulos que anclaran el sentido de la imagen:
Las anotaciones del título y la firma con lápiz eran elementos retomados de la gráfica y el grabado. Al pie de foto era muy común escribir “Sin título” porque la idea era que la fotografía hablara por sí misma, sin determinaciones previas. Aunque, por supuesto, hubo quien sí bautizó sus representaciones, era una elección personal. En el Fondo Consejo Mexicano de Fotografía vemos que muchas de ellas, si no es que la mayoría, así están catalogadas, sin título y sin serie.[6]
Así, a partir de este sugerente recurso retórico, la autora ubica una práctica característica de aquellos años y la explica con no poco humor. Con ello, además, coloca en la mira uno de los objetivos fundamentales de la colección Lecturas al Acervo: documentar sus acervos y enriquecer su catalogación a través de las investigaciones de sus autores invitados. Movida por su fuerte impulso de investigadora de las prácticas fotográficas —recordemos que uno de sus trabajos iniciales es el estudio pionero del amplio fondo del fotoperiodista Enrique, el gordo, Díaz en el AGN—, Monroy Nasr entrevistó a casi todos los autores y autoras seleccionados para su estudio. Es en este punto en que la colaboración de Rebeca con el equipo de la Coordinación de Acervos del Centro de la Imagen hizo posible el desarrollo de una investigación sumamente fructífera —y divertida, ¿por qué no decirlo?— marcada por el intercambio y verificación de información catalográfica. La autora construyó una red con los entrevistados que le permitió recabar y rectificar las historias detrás de la concepción, producción y difusión de la mayor parte de las obras del Fondo CMF que se publican en su texto. Esto nutrió el catálogo del Centro de la Imagen, afianzó contactos y, en muchos casos, permitió establecerlos por primera vez al ubicar creadores que nunca habían sido contactados ni reconocidos. No pocos le proporcionaron datos extraordinarios sobre sus fotos, su llegada a los fondos del Consejo y sobre su quehacer fotográfico personal y colectivo. De esta invaluable etapa, inherente a muchos trabajos de investigación pero que suele quedar ajena al lector —quien sólo tiene acceso a los resultados, pero no al proceso—, surgieron testimonios provenientes de la historia oral que Monroy Nasr integra en la publicación y que el CI recuperó para sus catálogos. En tanto la documentación y catalogación de colecciones y acervos es un labor casi infinita, acumulativa y siempre perfectible, mucha información del catálogo del Centro de la Imagen se completó o se rectificó. Entre muchos otros datos, en algunos casos se esclareció la interrogante que persigue a muchos catalogadores: el problemático “sin título” que en este caso llegó a ser, más bien, un título.[7]
Otro aspecto relevante es la publicación de una línea del tiempo en forma de encarte que se despliega y abarca desde 1976 hasta 2016, cuando el Fondo CMF del Centro de la Imagen obtiene el Registro Memoria del Mundo de América Latina y el Caribe de la UNESCO. Esta herramienta también es producto de la labor conjunta de la investigadora y del equipo de Acervos.
Línea de tiempo en Rebeca Monroy Nasr, Consejo Mexicano de Fotografía, Ciudad de México, 2021. Fotografía: Elic Herrera.
Respecto al portafolio de imágenes, Monroy Nasr propone una selección titulada “Relato visual” en donde señala sobre las fotografías que:
La decisión más acorde para este libro es abordarlas en su conjunto, exponer algunas líneas generales de trabajo de acuerdo con una serie de temas y revisar sus procesos de realización, coincidencias e incidencias, continuidades y rupturas. De tal suerte que podemos generar un dispositivo de análisis con la claridad de que cada imagen tiene mérito documental, su aportación técnica o estética y que conforma un universo de gran valía patrimonial nacional y latinoamericano.[8]
El portafolio integra fotografías, documentos y algunas reproducciones de páginas de libros procedentes del Fondo CMF —excepto por unas cuantas tomadas por la propia Monroy Nasr— que se conservan en la biblioteca del Centro de la Imagen. Las imágenes se acompañan de pies de foto comentados, en los que la autora reúne y sintetiza su investigación y análisis visual. Monroy Nasr agrupa temáticamente las obras en núcleos que dan cuenta de sus particularidades: Retrato colectivo, Elementos tipográficos, Estética del fragmento, El México profundo, El cuerpo desnudo, Lo experimental, ¿Surrealismo? ¡Puro realismo!, El espejo roto: el retrato, De texturas y sombras, Objets trouvés y Lo inesperado.
Por último, Monroy presenta unas líneas conclusivas, “Se termina el rollo”, en donde destaca, entre otros aspectos, la importancia de la memoria visual y fotográfica, de su estudio y preservación. Y concluye la publicación con un Inventario, que recoge la información catalográfica que ha sido posible reunir hasta el momento sobre cada pieza publicada y que es útil si se desea consultar el acervo.
Este libro es, sin dudas, una gran aportación al estudio de la fotografía latinoamericana contemporánea, así como al ámbito de sus colecciones. Rebeca Monroy Nasr abre algunas líneas de investigación muy relevantes que seguramente continuarán trabajándose.
* Coordinadora de Acervos, Centro de la Imagen.
[1] Abigail Pasillas Mendoza, “Presentación” en Rebeca Monroy Nasr, Consejo Mexicano de Fotografía, México, Secretaría de Cultura / Centro de la Imagen (colección Lecturas al Acervo), 2021, p. 10.
[2] Lecturas al Acervo también tiene una salida expositiva; en algunos casos se conjunta la exposición con una publicación. Respecto a la conceptualización de la colección, es de destacar que ésta se produce en 2019 como un proyecto colaborativo entre las áreas editorial, bajo la coordinación de Alejandra Pérez Zamudio y Acervos.
[3] Uno de los antecedentes de este primer volumen es el Seminario 40 aniversario del Consejo Mexicano de Fotografía (CMF), organizado por el Centro de la Imagen en 2018. El seminario invitó a especialistas a desarrollar investigaciones en torno al Fondo CMF, así como a impartir un ciclo de charlas y a participar en un conversatorio público en 2019. Monroy Nasr investigó la presencia de los géneros documental y fotoperiodista en el Fondo CMF; de esta aproximación inicial surgió posteriormente el estudio acotado a México que se publica en Lecturas al Acervo.
[4] Rebeca Monroy Nasr, Consejo Mexicano de Fotografía, México, Secretaría de Cultura / Centro de la Imagen (colección Lecturas al Acervo), 2021, p. 33.
[5] En su libro Con el deseo en la piel: un episodio de la fotografía documental a fines del siglo XX, publicado en 2017, la autora también analiza las prácticas fotográficas de esa época, bajo la mirada de su propia práctica y la revisión crítica desde el siglo XXI. Entre otros aspectos, ahí enfatiza y explica las diferencias entre las posturas documentales, fotoperiodísticas y artísticas que se ejercían en la fotografía y que daban cuenta de la multiplicidad de usos y funciones del medio.
[6] Rebeca Monroy Nasr, op. cit., p. 43.
[7] Es importante destacar la participación del equipo de profesionales de la Coordinación de Acervos del Centro de la Imagen en los procesos de registro, catalogación y digitalización de las colecciones y su colaboración para la publicación, especialmente la de Mariana Huerta Lledias, Elic Herrera Coria y Magaly Alcantara Franco.
[8] Ibidem. pp. 49, 50.