Números anteriores


Post Gutenberg


Trayectorias


Mirar libros


Noticias


Suplemento cultural
El Tlacuache


Número Completo

En los 65 años de la de la DEH: continuidad y cambio en Con-temporánea. Toda la historia en el presente

ENVIADO POR EL EDITOR EL Jueves, 24/10/2024 - 14:31:00 PM

Consejo de Redacción*

 

Amigas y amigos, damos inicio a la presentación “En los 65 años de la de la Dirección de Estudios Históricos: continuidad y cambio en la Revista Con-temporánea. Toda la historia en el presente”, luego de escuchar a la revista hermana mayor, historias.

 

Hacemos una rápida mención a uno de los tantos vínculos que unen a historias y a Con-temporánea: el día de ayer se presentó en la embajada mexicana en Italia, el libro: Aventura Latinoamericana, escrito por colegas italianos y mexicanos en torno a una figura que nos importa: Marco Bellingeri, historiador italiano quien desde mediados de los años setenta llegó a colaborar con nosotros. El libro mencionado recupera el trayecto histórico e intelectual de Marco en los años que por fortuna tuvimos el gusto de compartir, que van de los 70 hasta el siglo XXI. Él es parte de la historia de nuestras revistas, fue uno de los fundadores de la revista historias y también nos acompañó en Con-temporánea, como miembro de nuestro Consejo Editorial. Marco Bellingeri formó parte de un segmento generacional de quienes a fines de los setenta e inicios de los ochenta del siglo pasado empezaron con la preocupación de hacer una revista aquí en la DEH.

 

A continuación, les traemos tres intervenciones cortas que muestran las estaciones del trayecto de 10 años de la Revista Con-temporánea, su inserción en la larga vida de la DEH y las experiencias vividas, cerramos con un vistazo al horizonte que se abre con una DEH que vuelve a impulsar los quehaceres colectivos de una manera intensa.

 

Los 10 integrantes de esta revista agradecemos los apoyos que la hacen posible, a los investigadores que nos han confiado la difusión de sus trabajos, que han acudido a los foros de debate que hacemos, agradecemos también a nuestras autoridades, como Delia Salazar siempre atenta a resolver las contingencias que no faltan, a la fuerte colaboración con Publicaciones del INAH, y en particular con el jefe de las Revistas del INAH, Benigno Casas, y al apoyo técnico esencial para una revista digital.

 

 

I Origen y proyecto de Con-temporánea, toda la historia en el presente

Hace casi diez años, el 21 de agosto de 2014, se presentó el primer número de Con-temporánea, Revista digital de la Dirección de Estudios Históricos. Nació en un cruce, el del siglo XXI, con el legado historiográfico y de los procesos históricos intensos del fin del siglo XX.  La ceremonia de inauguración estuvo a cargo de la directora del INAH en ese entonces, maestra María Teresa Franco, del director de la DEH, maestro Luis Barjau, y del editor de la revista desde esa fecha, hasta la actualidad, nuestro colega Carlos San Juan.

 

El origen

Este evento representó un momento crucial, de gran satisfacción para el grupo de investigadores que, durante más de dos años, con interés y motivación había esbozado un largo camino académico y burocrático para la creación de la revista.

 

Años antes de su  surgimiento, un grupo de investigadores de esta Dirección, integrado en sus inicios por Dolores Pla, una de las más entusiastas promotoras de la revista -y quien en el próximo mes de julio cumplirá 10 años de haber fallecido-, Carlos San Juan, Gabriela Pulido, Mario Camarena, Claudia Álvarez –que en esos años comenzó a participar en este centro-, y Mónica Palma, había conversado de manera cotidiana con distintos investigadores de la DEH acerca de la viabilidad del proyecto y su diseño. Las opiniones de los colegas enriquecieron la propuesta, que luego hubo de ser presentada ante nuestras instancias académicas internas: los consejos, tanto del Área de Historia Contemporánea, como General, quienes aprobaron el proyecto. Simultáneamente, se tocaron las puertas institucionales correspondientes, a fin de solicitar su apoyo, el cual también se logró. El INAH contrató a una diseñadora experta de Investigaciones Estéticas quien en diálogo con el grupo promotor de la revista creó un formato especial para una revista imaginada desde su origen, para habitar el nuevo ambiente digital.

 

El inicio

Así surgió la primera revista digital no sólo del área de historia, sino del INAH en su conjunto, que permitió combinar textos con videos, audios e imágenes. No era la transcripción de una revista impresa, sino la creación de un formato que ampliaba el acceso a la recuperación del pasado con fuentes ya existentes, pero sin un primer plano. Y que permitía acceder a las investigaciones de la DEH al nuevo espacio comunicativo de las redes de Internet con públicos, localidades y espacios institucionales muy variados. Con-temporánea invitaba desde su origen a promover las investigaciones sobre el siglo XX y el tiempo presente, y en su subtítulo se agregaba: “Toda la historia en el presente” pues se quería estar atento a un pasado que no sólo se hacía más antiguo sino también más importante para nuestros días.

 

El propósito central consistía en promover la revisión, análisis y reflexión, de los procesos, conflictos, movimientos, acontecimientos y actores, nacionales e internacionales que habían marcado el siglo XX, y que las investigaciones históricas en ocasiones, mostraban su pertinencia y huella en lo contemporáneo. También se propuso promover el debate historiográfico y la riqueza y diversidad de las fuentes: publicar textos fundamentados tanto en la fuente más valorada por los historiadores, los acervos, como investigaciones sustentadas en fuentes más acordes con el tiempo actual: hemerográficas, orales, audiovisuales, digitales.

 

Los esfuerzos realizados culminaron con la edición del primer número de Con-temporánea, revista semestral difundida a través de medios digitales, con el fin de aprovechar las bondades que la tecnología ofrece, al posibilitar la consulta rápida, tanto para el medio especializado, como para públicos más amplios.

 

El proyecto

La estructura de la revista contempló varias secciones tituladas: Destejiendo a Clío, Del oficio o Dossier, Expediente H, Post Gutenberg y Mirar libros. Al paso de los años se fueron agregando otras secciones: Trayectorias y Noticias.

 

Las tres primeras secciones, Destejiendo a Clío, Del Oficio y Expediente H, son sustantivas en la tradición de las revistas impresas, se dedican a tomar el pulso de las investigaciones de la DEH y de otras instituciones, así como de sus influencias o innovaciones historiográficas tanto nacionales como latinoamericanas. Post Gutenberg alberga a la fotografía, el audio y el video, ya en el contexto de la revolución digital en fuentes, datos e informaciones. Trayectorias se propone recuperar la huella importante de nuestros colegas, no sólo como obra realizada, también sus aportaciones historiográficas y su pasión vital. Finalmente Noticias comenta sobre acontecimientos del presente, eventos académicos por venir y debates abiertos. Es nuestra conexión con el presente cambiante, e incierto en el ir y venir de nuestros días.

 

En el correr de estos diez años, el contenido de la revista ha ido ampliándose, en una primera etapa, de 2014 a 2016, los primeros seis números aproximadamente, los procesos, problemas o actores abordados en Con-temporánea, fueron planteados principalmente por el Consejo de Redacción. A partir de 2017 del número 7 al 12, aproximadamente, las temáticas propuestas comienzan a robustecerse con las propuestas de distintos colegas de esta Dirección y de otros centros de investigación nacionales y extranjeros. Y desde 2020 a la fecha, del número 13 al 21, Con-temporánea hizo una publicación extensa, interdisciplinaria interesada en históricos procesos aún sin resolver y abierta a la presentación de nuevas temáticas, conflictos, sucesos desde diversas perspectivas de análisis.

 

A la continuidad de la revista, han contribuido, sin dudarlo, las colegas que en su momento formaron parte del Consejo de Redacción (Haydeé López Hernández, Rosa Casanova, Gaby Pulido). Sus aportaciones, al igual que los conocimientos de los colegas que recientemente se han incorporado al Consejo: Lilia Venegas, Lourdes Villafuerte, Margarita Loera y Sergio Hernández, así como el incansable trabajo de asistencia editorial de Claudia Álvarez primero y en la actualidad de Lourdes Domínguez, han sido centrales para que hayamos recorrido ya diez años. A todos, todas, todes, gracias. A la doctora Delia Salazar, o sencillamente Delia, gracias por invitar a la revista a formar parte de la celebración de los 65 años de vida de nuestro centro de trabajo, la DEH.

 

 

II. Hacer camino al andar. La Revista Con-temporánea, una década en la sexagenaria DEH

En nuestra revista hay una continuidad y un cambio. Es parte de una tradición del quehacer histórico iniciado en 1971, donde a la vez que se revisaba la historiografía colonial y del siglo XIX, se propuso hacer historiable todo el siglo XX hasta entonces recorrido, y no sólo su evento fundacional, como fue la Revolución Mexicana. Así, los años 40-70 se incorporaban a los grandes procesos históricos de la historia nacional.

 

Nuestra revista es también fruto de una ruptura, de un encuentro afortunado con la era digital, así como con ciertas revisiones críticas historiográficas, el incremento de las temáticas novedosas como la historia ambiental, y la globalización que rehízo naciones y culturas.  En otras palabras, Con-temporánea es hija del siglo XXI, pero con una tradición de más de 50 años. El cultivo de la Historia contemporánea tiene esta gran tradición, nos atrevemos a decir, hasta que no se demuestre lo contrario, que es la institución más antigua dedicada a la historia de lo contemporáneo con más antigüedad en el continente americano.

 

En ese contexto, la revista Con-temporánea se propuso hacer una tarea doble: recuperar esta tradición de historiar el presente vivido, y a la vez, recuperar a los pasados que no pasan, cuyas huellas aún nos conmueven en el nuevo siglo, es por ello un pasado vivo. Hay que recuperar los procesos sociopolíticos y culturales que vivimos con la visión de historiador en su tiempo y circunstancia, y desde un presente siempre abierto, incierto, lleno de posibilidades, y a la vez con contextos precisos creados en su pasado vivo. Por eso su subtítulo es “Toda la historia en el presente”.

 

Hay pues en el origen de la revista una continuidad e innovación historiográfica. Así ocurrió con el cultivo en seminarios de la historia económica y del Estado, con la historia social y la formación de sujetos variados. La historia de los grupos culturales y de la formación de una cultura nacional; el abordaje de la historia urbana, de las mentalidades. Esa innovación no ha parado, es importante señalar que una de las primeras innovaciones en la historiografía desde nuestra Dirección de Estudios Históricos fue la historia oral, que se viene cultivando desde los años 60. Así mismo el estudio de las derechas, la historia de las familias, de la iconografía, la imagen y la fotografía, los pueblos indígenas con la reactivación de los estudios mesoamericanos y de Aridoamérica. En ese sentido, Con-temporánea quiere estar atenta a las crecientes fusiones entre ciencias sociales, literatura y la historia, de manera particular, a los reencuentros entre etnohistoria, antropología e historia que se realizan en nuestra institución, que les imprimen un sello muy propio a sus producciones. La revista Con-temporánea quiere y debe mantener el registro de esta producción intensa y vital. 

 

Las fuentes de la historia contemporánea son muy diversas, incluye los archivos documentales, la imagen en sus diversos formatos: fotografía, caricatura, cine, video; el audio es una fuente importante, ya sea que se trate de una narración oral, música o radio. Últimamente, emergen como fuentes las redes sociales y su seguimiento del acontecer. Estas fuentes y su tratamiento dan como resultado nuevas narrativas, pues se puede narrar por escrito, en imagen, en video y en audio. La Revista quiere aportar a este enriquecimiento de las fuentes y de las formas narrativas. A futuro, imaginamos textos soportados crecientemente en imágenes y con inserciones de audios y videos. Un Gutenberg híbrido de innovaciones.

 

Estamos en un momento donde los conceptos y narraciones con pretensión universal se abren a la diversidad de lo local para atrapar realidades cada vez más complejas. Y a la vez, como el Aleph de Borges, en lo pequeño, personajes, familias o localidades, aparece una riqueza que permite miradas singulares sobre el mundo. La Revista quiere atrapar e invitar a redoblar esos esfuerzos donde los conceptos y las teorías se aterrizan en las vidas y procesos históricos muy concretos, e invitar a que las innovaciones historiográficas en metodologías también se nutran de los esforzados laboratorios de nuestras investigaciones donde hay casos relevantes en nuestra Dirección que ensayan con la historia oral, de la imagen, de las identidades, los nuevos desarrollos del feminismo y de la historia ambiental, por mencionar a algunos. Hay en curso una variedad intensa de formas de narrar que experimenta nuestra Dirección y otras instituciones hermanas, formatos de crónica y de recursos literarios para exponer los resultados de arduas investigaciones, e incluso dar cabida a la subjetividad de los autores que se dan la maña para saltar u ocultarse con las reglas que les inhiben. Con-temporánea quisiera acompañar, impulsar y dar foro a estos esfuerzos de muchos.

 

Con-temporánea quisiera estar en el tono de este tiempo historiográfico, abierto a reconocerse en los grandes pulsos del mundo, que responda a las preocupaciones y esperanzas de un presente abierto. Y tal vez no sólo sea un asunto de los que hacemos la revista, sino de los intereses de las nuevas generaciones. Estamos en un cambio de era, que nos compete a todos, de ahí que hay un gran interés de los jóvenes por abordar en sus investigaciones sobre el sigo XX y XXI y la revista debe dar cabida a estas inquietudes, nuestras y de las nuevas generaciones.

 

 

III. Con-temporánea, casa abierta

Hay que felicitar la iniciativa de celebrar los 65 años de la DEH que nos revela. al parecer, un renacimiento de las formas de trabajo colectivas. Desde talleres, Cátedras, Diplomados, revistas y 15 seminarios con una variedad temática y temporalidades impresionante. A futuro se dibuja una tendencia vigorosa que contrarreste al periodo de individualización y fragmentación del quehacer histórico.

 

La espiral

 Como sabemos, más que regresos o eternos retornos, el tiempo es una espiral, parece lo mismo que antes, pero con ingredientes novedosos, un deja vu que nos sorprende con lo parecido, pero también por sus nuevos contextos. Como revista, nos interesa esta estación de la espiral.

 

La celebración por los 65 años de la DEH nos sirve también como un espejo donde el rostro sexagenario ya trae nuevos contornos donde se dibuja un centro de investigación cada vez más rico en su diversidad, en las innovaciones temáticas, metodológicas y conceptuales. A Con-temporánea, por la variedad misma de investigadores que le dan vida, le interesa tomar el pulso de esta transformación.

 

Qué futuros

Luego de esos diez años ya comentados, ¿Qué retos a futuros vemos para la revista? El primero es mantenernos como una casa abierta, donde los investigadores de la DEH y de instituciones hermanas se consideren en un ámbito construido para ustedes. Donde sea posible escribir para los pares y para los muy diversos públicos que aman la historia; que se debatan temáticas, historiografías, métodos y conceptos de preferencia arraigados en el estudio de los procesos históricos.

 

Que la revista siga siendo un espacio de iniciativa cultural, que se desdoble en conversatorios, presentaciones editoriales y mesas de trabajo e incluso en la elaboración de libros colectivos, que mantenga el espíritu de conversar, compartir y debatir sobre una variedad creciente de asuntos.

 

Que como espacio construido por un colectivo de investigadores queremos acompañar esta vuelta de la espiral que dibuja un paisaje de reagrupamientos de los esfuerzos. Somos una revista que se hace de forma colectiva. Ya tenemos la experiencia de contactar a otros colectivos que se proponen difundir sus hallazgos, reciben nuestras lecturas de sus materiales a fin de reforzar sus textos antes de los dictámenes, abrimos diálogos sobre las secciones y la mejor manera de orientarlas a sus propósitos. De esos intercambios, entre los autores y la revista, ambas partes aprendemos.  

 

Que podamos expandir el perfil de la revista como un medio gratuito y al alcance de quien quiera, que los lenguajes y las narraciones consoliden una buena prosa, que pueda incidir en algo en las investigaciones en curso, en los ámbitos de enseñanza y en el codiciado placer de disfrutar en una tarde relajada una buena historia.

 

Otro asunto es reflexionar la paradoja de que la historia que hacemos, aunque cueste trabajo decirlo, es profundamente nacionalista, nuestra historia es un gran tronco de reflexión sobre nosotros mismos, y de ver los problemas que surgen en nuestra historia. Es poco aceptada la idea de la centralidad de la nación, esto ocurre cuando la idea de la nación es poco apreciada, y la idea de una historia nacional no necesariamente sea un punto fuerte de confluencia, sin embargo, nuestros trabajos son bastante nacionalistas. Son contadas las investigaciones que se hacen de forma comparativa con otras naciones o se detengan en los bordes de los fuertes contactos entre ellas. Tal vez a futuro sería muy importante abundar sobre la muy fuerte compenetración entre México y EUA, los traslapes de culturas y espacios, sus muchos amarres de integración, y de que, en contraste con el sueño de la patria grande latinoamericana, que sin duda existe y compromete, México está en Norteamérica con toda su pluralidad cultural. 

 

Explorar lo que ahora parece una contradicción abierta: que la riqueza de las muchas identidades, de la variedad de localidades de un país inmenso, sólo emerge desestructurando al país unitario, como si no existiera la unidad de la diversidad, con sus patrones culturales y materiales que permean y permiten el contacto y el conflicto propio de las diversidades. Tan importante como las historias de individuos, grupos y localidades, es rehacer el código común de la nación pero ahora en clave de muchas voces y de sus resistencias y exigencias: “Nunca más un México sin nosotros” se dijo ya y con mucha fuerza.

 

De los años 70 a la fecha, el pasado ha crecido no sólo cronológicamente, sino en densidad y valor cultural. La sociedad del siglo XXI y sus brotes futuristas, reconoce sin embargo el peso creciente de su pasado prehispánico, hay ya indicios que recuperan la gesta nómada y de las grandes culturas árido y mesoamericanas que nos hacen redescubrir en nuestro presente herencias e impulsos de muy atrás.

 

Igual ocurre con las revoluciones del pasado de la modernidad, desde la mundialización y la sociedad novohispana y la historia de dos siglos de Repúblicas y de secularizaciones.

 

La formación de sujetos históricos que nos desveló en los años 70 ha dado paso a una creciente diversidad identitaria cada vez más definida por espacios muy concretos de existencia, una pluralidad que arroja registros históricos cada vez más singulares, y donde la cultura, la imagen y el arte juegan papeles esenciales para construirlos. 

 

El fuerte impulso nacionalista de la historia de fines del siglo XIX y buena parte del siglo XX, hoy tiene que convivir con los grandes movimientos mundiales de poblaciones, influencias culturales masivas, de interdependencias comerciales y tecnológicas que anudan los rasgos muy singulares con similitudes que se repiten y recorren un mundo cada vez más migrante y paradójicamente cada vez más unificado y cada vez más diferenciado. El ciudadano del mundo tiene un pie en espacios rigurosamente locales.

 

El presente lejos de ser el reino de un gran consenso hoy se vive como un combate abierto, por diversos órdenes de la vida individual y de la vida en común, con futuros abiertos, inciertos, y con riesgos no conocidos lo suficiente, por ejemplo, la llamada crisis del Antropoceno, una llamada de atención a nociones de la historia como exclusivo campo de acción de los hombres, ahora sacudidos por las crisis epidémicas, ambientales y de daños a la naturaleza. Lo no humano se abre paso en la historia que hasta ahora hacemos.

 

La casa abierta es también una casa que invita a la reflexión. En otras palabras, a promover y difundir las historias que nos ayudan a transformar de manera constante y consistente nuestra condición de ser Contemporáneos.

Por su atención, muchas gracias.

Tlalpan, Ciudad de México, 31 de enero de 2024.

 

Para consultar la transmisión completa acceder al canal de INAH TV (clic en la imagen): 

 

* Carlos San Juan, Mónica Palma, Mario Camarena, Gabriela Pulido, Claudia Álvarez, Lourdes Villafuerte, Margarita Loera, Lilia Venegas, Sergio Hernández y Lourdes Domínguez.