Miradas al covid-19 desde el fotoperiodismo y el fotodocumentalismo

ENVIADO POR EL EDITOR EL Jueves, 31/10/2024 - 14:31:00 PM

Rebeca Monroy Nasr*

 

Resumen
La autora nos muestra diversos ángulos captados por la lente de algunos fotógrafos mexicanos durante el inicio de la pandemia del covid-19. Enfatiza el arduo trabajo que el equipo de la agencia especializada en fotografía Cuartoscuro, llevó a cabo para documentar visualmente la trastocada vida cotidiana en plena emergencia sanitaria; además, analiza desde una perspectiva crítica el oficio del fotoperiodista y fotodumentalista al escudriñar, por medio de la entrevista, la experiencia vivida por dos fotógrafos, sus intenciones al capturar las imágenes, las dificultades a las que se enfrentaron y el significado de la función social de su labor.

Palabras clave: covid-19, pandemia, fotógrafos mexicanos, Cuartoscuro, narrativa visual.

 

Abstract
The author shows us various angles captured by the lens of some Mexican photographers during the beginning of the covid-19 pandemic. Emphasizes the hard work that the team of the magazine specialized in photography Cuartoscuro, made to visually document the disrupted daily life in the midst of a health emergency, also analyzes from a critical perspective the profession of the photojournalist and photodumentalist when scrutinizing through the interview, the experience lived by two photographers, their intentions when creating their images, the difficulties they faced and the significance of the social function of their work.

Keywords: Covid-19, pandemic, Mexican photographers, Cuartoscuro, visual narrative.

 

En este trabajo se busca mostrar la manera en que se le dio la primera cobertura a la pandemia del SARS-COV-2, causante de la envermedad covid-19, desde una de las revistas mexicanas de fotografía más importantes: Cuartoscuro, así como desde otras miradas que provienen del fotodocumentalismo y de la fotografía de autor. Nuestra intención es mostrar los diversos ángulos cubiertos por fotógrafos mexicanos a partir del inicio de la pandemia y en su etapa más crítica, hasta introyectarla como un habitus, en donde hemos aprendido una serie de elementos a tratar conforme se alivia la presión social y de salud, pero manteniéndonos en el margen de los acontecimientos y evitando profundizar aún más la crisis sanitaria.

 

La idea es presentar la forma de mirar de estos fotógrafos de cepa crítica y analítica ante una pandemia de esas características, inédita en los cien años recientes. Observar las imágenes creadas en la alterada vida cotidiana del covid-19, mostrar la percepción de la ciudadanía, el respeto o no a las medidas de higiene para evitar los contagios, eventos callejeros, retratos individuales, entre otros que dan cuenta de los peligros y la presencia del contagio. Incluso revisar las imágenes de filón necrofílico: los muertos, funerales asistidos sólo por los panteoneros y sin gente, como secuela final de lo que estamos viviendo.

 

La propuesta es analizar las imágenes para evaluar el trabajo de estos fotógrafos y las condiciones en que las capturaron, pero también utilizarlas como una ventana a los sentimientos y emociones que genera esta pandemia: miedo, desconcierto, negación, prepotencia, entre otros que surgen ante un mal devastador. La metodología ha involucrado entrevistar a los autores para comprender a fondo sus intenciones y, desde una perspectiva histórica y crítica, dar una versión diferente del significado de la pandemia y contarnos de qué manera la enfrentaron.

 

Fotógrafos de prensa

La trinchera de la información periodística es una tarea que no perdona lugar, tiempo, espacio, género, horarios. La labor del fotoperiodismo en épocas recientes ha demandado un trabajo arduo e incansable, las noticias vuelan por microsegundo, la labor informativa no puede esperar, los ritmos son arrolladores. Para aquellos fotógrafos que trabajan para revistas los tiempos son un poco menos demandantes, pero no pueden perder la oportunidad de aprehender esa realidad que no volverá a mostrarse de la misma manera. La información visual debe atraparse para ser publicada.

 

La revista mexicana Cuartoscuro, que dirigen Pedro Valtierra y Ana Luisa Anza, se ha mantenido desde hace décadas a la altura de cualquier revista internacional, con un importante tiraje de 5 000 ejemplares bimestrales, lo que revela de entrada una ardua labor.[1] Es un órgano informativo con un carácter visual de gran calidad, que aborda los temas de gran actualidad: una de sus características es que ofrece espacio a los fotógrafos jóvenes, muchos de ellos formados en el ajetreo diario del fotoperiodismo.

 

En las imágenes publicadas en las revistas y dedicadas al covid-19 se observa el deseo de evidenciar una situación poco frecuente en el país. Si bien la influenza A-H1N1 se detectó en México el 19 de marzo de 2009, cuando Felipe Calderón fungía como presidente de la república, sólo durante un periodo muy corto el país se vio obligado a cerrar las puertas de negocios, escuelas, trabajos y hogares. Sí fue una pandemia muy agresiva, pues en abril de ese año se contaba ya unos veinte muertos y en 2010 ascendían a 70 715 los casos confirmados y alrededor de 1 000 la cifra de muertos.[2] Pero la epidemia se contuvo a tiempo, gracias a que su ciclo de contagio y sus formas de trasmisión no eran tan sofisticadas como las del covid-19. Este nuevo virus, el SARS-COV-2, vino a mostrar la fragilidad humana de manera profunda y ostensible en el mundo entero. Fue más letal, debido a que sobrevive en objetos y superficies inanimadas y produce un mayor contagio invisible a partir de las minúsculas gotas de saliva o mucosidades. Todo esto hizo que tuviésemos que adoptar más precauciones para no contagiarnos y afrontar la posibilidad de morir.

 

Algunos datos que se dieron a conocer a principios de la pandemia fueron:

¿Qué es el Coronavirus SARS-CoV-2?

El coronavirus SARS-CoV-2 es un nuevo tipo de coronavirus que puede afectar a las personas y que se detectó por primera vez en diciembre de 2019 en la ciudad de Wuhan, provincia de Hubei, en China. Mayoritariamente, en un 80 % de los casos sólo produce síntomas leves respiratorios.

El virus se conoce como Coronavirus SARS-CoV-2 y la enfermedad que causa se denomina COVID-19.

La pandemia evoluciona de una manera muy rápida a la vez que el conocimiento que se tiene sobre este virus. A comienzos de 2020 era completamente desconocido, pero la comunidad científica ha logrado aislarlo, secuenciarlo, identificarlo y desarrollar pruebas para su diagnóstico. Como ocurre con una nueva epidemia, hay incógnitas que se irán resolviendo a medida que la epidemia evolucione y que los científicos logren entender mejor el virus.

¿Cómo se transmite el Coronavirus SARS-CoV-2?

Los datos actuales indican que el virus se propaga, principalmente, por medio de gotas respiratorias entre personas que están en contacto cercano. Esas partículas tienen diferentes tamaños, desde las más grandes, “gotículas respiratorias”, hasta las más pequeñas, llamadas “aerosoles”.

Superficies. El virus también se puede propagar cuando personas infectadas estornudan, tosen o tocan superficies u objetos como mesas, sillas, picaportes... etc. Otras personas se pueden infectar al tocar esas superficies contaminadas y luego tocarse los ojos, la nariz o la boca sin antes haberse lavado las manos. El período de incubación es de 5 a 7 días, pero puede llegar a 14 días.[3]

 

El oficio de fotógrafo de prensa obliga a estar en trincheras tan duras y severas como ésta, aunque en los primeros momentos no se sabía qué tan devastadora o aniquiladora podría ser. A partir del viernes 20 de marzo de 2020 se le solicitó a la población que se quedara en sus hogares, que no saliera más que a lo indispensable y que las familias y comunidades tomaran medidas de higiene para mantenerse a salvo de contraer el virus, a saber:

 

Si la covid-19 se propaga en su comunidad, manténgase seguro mediante la adopción de algunas sencillas medidas de precaución, por ejemplo, mantener el distanciamiento físico, llevar mascarilla, ventilar bien las habitaciones, evitar las aglomeraciones, lavarse las manos y, al toser, cubrirse la boca y la nariz con el codo flexionado o con un pañuelo. Consulte las recomendaciones locales del lugar en el que vive y trabaja. ¡Hágalo![4]

 

Los medios mantuvieron su tarea informativa ante la pandemia, y los fotógrafos de Cuartoscuro tenían la misión de proveer imágenes de lo que acontecía en la Ciudad de México y en los diversos estados del país. El subsecretario de Salud, Hugo López Gatell, inició una serie de conferencias vespertinas en las cuales daría las estadísticas del día a día, con indicaciones y recomendaciones para la población, además de los avances o retrocesos de la pandemia en el mundo y fundamentalmente en el país. Ahí estuvieron los fotoperiodistas, los camarógrafos de los medios de información, las redes, todos ellos presentando imágenes de magnitudes insospechadas.

 


Figura 1. Galo Cañas tomó este retrato de Hugo López Gatell, subsecretario de Salud, en una “Mañanera” del presidente Andrés Manuel López Obrador, Palacio Nacional, Ciudad de México, 17 de abril de 2020.

 

En ese momento, los editores Ana Luisa Anza y Pedro Valtierra dedicaron dos números de la revista a mostrar diversos aspectos de lo que se vivía en un entorno plagado de miedo, desesperación, incredulidad y duelo. En los números 162 y 163, correspondientes a los meses de abril-mayo y junio-julio de 2020, a principios de la pandemia, diversos fotoperiodistas presentaron sus imágenes alusivas a las ciudades solitarias, cuando salían sólo los indispensables, cuando no debíamos mostrarnos en lugares públicos y, de ser así, guardar todas las medidas sanitarias, que nos dan una idea muy clara de cómo transcurrió la pandemia en el país.[5]

 

La tarea periodística debía seguir y bajo ese signo la revista dio la nota visual, pues no podían dejar de mostrarse los eventos que suscitaban las medidas adoptadas, las actitudes y respuestas de la población, las emociones que desataban la enfermedad y la muerte, que en ese momento se empezaba a asomar en los hospitales y en los hogares. En los primeros meses hubo imágenes terribles del mundo entero que se ofrecían a la vista (por ejemplo, los cuerpos tirados en las calles en Ecuador, los gritos de dolor y desesperación de los familiares de los enfermos en los hospitales o en las calles): dolor, incertidumbre, ansiedad, incredulidad, negación.

 

Cuartoscuro presentó imágenes alusivas al SARS-COV-2 en la portada y en los interiores. Entre los fotógrafos que colaboraron con maravillosas imágenes relativas a la trastornada vida cotidiana se encuentran: Pedro Anza, Galo Cañas, Luis Carbayo, Fernando Carranza, Carlos Alberto Carvajal, Juan Carlos Cruz, Crisanta Espinosa, Mario Jasso, Graciela López, Omar Martínez, Isabel Mateos, Armando Monroy, Rogelio Morales, Magdalena Montiel, Andrea Murcia, Mireya Novo, Moisés Pablo, Gabriela Pérez Montiel, Margarito Pérez Retana, Damián Sánchez, Elizabeth Ruiz, Víctor Valtierra, Victoria Valtierra, Marín Zetina, unos 23 fotógrafos que aquí presento en orden alfabético, esperando no olvidar a ninguno.

 

Galo Cañas comentó sobre la Ciudad de México:

 

Las calles se vaciaron, el transporte púbico redujo su cupo, el Zócalo se clausuró. Sólo han salido los esenciales, entre ellos nosotros: los reporteros, fotógrafos y camarógrafos de prensa. Abandonamos la seguridad de casa para contar las historias que no paran, de los que harán falta en la nueva normalidad, de los que sobrevivirán del covid-19. Buscamos esperanza en las palabras de los familiares. Inmortalizamos el dolor, el último adiós sin abrazos ni besos. Cargamos con el miedo, ansiedad, gel antibacterial, cubrebocas, guantes en la mochila. Retratamos la desobediencia. La protesta. El amor. Las lágrimas. La muerte. La vida. La contingencia. No hemos parado y no pararemos porque mientras haya qué fotografiar, sobre qué escribir y a quien entrevistar, seguiremos.[6]

 

De entre los fotógrafos mencionados, dos de ellos aportaron las imágenes para las portadas de los números en cuestión: Gabriela Pérez Montiel y Omar Martínez, por lo que nos centraremos en su labor. Los hemos elegido no sólo por lo impactante de sus imágenes o porque éstas fueron de portada, sino porque además no son fotógrafos de la Ciudad de México, sino de otros estados de la república. Analizar lo que se hacía en otros lugares nos parece importante, para reportar la mirada regional, la microhistoria visual, que en este caso forma parte de una historia mayor: la mundial.

 

Gabriela Pérez Montiel tiene 40 años, pero no los aparenta. Se ve joven y se escucha muy jovial, entusiasta por la fotografía. Madre de un pequeño de cuatro años, ha descubierto su mundo como fotógrafa egresada de la Facultad de Ciencias y Técnicas de la Comunicación de la Universidad Autónoma de Nuevo León, en Monterrey (2008-2021). Ha dado clases de inglés, es profesora también por la Normal Superior (2005-2010), y ahora estudia una maestría en Arte en la Escuela de Graduados de la Normal Superior (2019 a la fecha).

 

Empezó como fotógrafa de gabinete en 2007, pero con el tiempo se dio cuenta de que no era de su gusto hacer retratos de ovalito, credencial, bodas y bautizos, y decidió ir en busca de otras aventuras profesionales (2007-2012). Trabajó con la revista Look de TV Azteca (2007-2009). Desde 2011 hasta 2014 fue corresponsal de CNN en Monterrey, y ahí descubrió su vocación de fotoperiodista. Ha colaborado con agencias internacionales de fotoperiodismo como AFP, EFE, Reuters, con otras ONG como Artículo 19, Border Hub (periodismo de investigación de la frontera del norte), El País, UNHCR (The UN Refugee Agency, la agencia de la ONU para refugiados).

 

A partir de que cubrió el atentado terrorista del 25 de agosto de 2011 en el Casino Royale de Monterrey, que produjo la muerte de 52 personas, entre ellas una mujer embarazada, cobró gran importancia su labor fotoperiodística. El incidente constituyó uno de los ataques más letales contra la sociedad regiomontana desde que el entonces presidente Felipe Calderón lanzó una ofensiva feroz contra los cárteles de las drogas.[7] A raíz de las fotografías que realizó Gabriela para CNN sobre este doloroso evento —que también ha quedado impune—, Pedro Valtierra la llamó para invitarla a colaborar con la revista y la agencia, pues no tenían corresponsal en Nuevo León. La publicación del fotorreportaje sobre el Royale fue el principio de una colaboración que aún perdura.

 

A partir de ese momento, y seguramente al ver su capacidad de acción, audacia y profesionalismo, los editores de Cuartoscuro le solicitaron cubrir notas informativas en Nuevo León y ciudades aledañas, en la frontera y en Estados Unidos. Le ha tocado todo tipo de notas gráficas, como decomisos, violencia en Nuevo León por el narcotráfico, partidos de futbol en La Laguna, desde donde viaja de regreso por carretera, sola, en la noche, a Monterrey, con los riesgos que eso conlleva para cualquier ciudadano y en particular para una mujer en esa zona de gran conflicto. Actualmente cubre todo tipo de manifestaciones sociales y tiene en su haber fotografías del movimiento feminista, que es importante para ella y para la sociedad regia.

 

La portada del número 162 muestra a una médica en una de las tiendas de campaña que se montaron a modo de triage en la Cruz Verde para los primeros enfermos de covid-19. Era la puerta de revisión para confirmar si estaban contagiados del virus o tenían síntomas de otras enfermedades respiratorias. La portada es impactante: en un trazo triangular ascendente, podemos ver a la médica con su traje blanco que le cubre completamente el cuerpo y la cabeza, y usando googles, guantes y todos aquellos aditamentos propios de los médicos y enfermeras tratantes de primera fila. Lo que Gabriela señala es su condición de fotorreportera, cuando se asomó al punto de entrada de los considerados enfermos. Se presentó por ahí, estuvo analizando el lugar y se dio cuenta de que la doctora saldría en algún momento, por lo que se colocó para esperarla y en el momento oportuno disparó su cámara al ras de piso. La fotógrafa sólo llevaba su cubrebocas como medida preventiva. Usó su cámara digital Canon, con una lente de 16-35 mm, por lo que logró atrapar al personaje justo en el momento de salir en el encuadre preciso, pues pudo previsualizar el acto de la médica y con ello dotarla de esa presencia enaltecida que celebra la portada. El blanco que rodea la imagen, desde la tienda hasta las ropas de trabajo, le confiere una visualidad inusual, atractiva, contundente. No hay fallo: la imagen narra sin lugar a duda la presencia y el papel del personaje. Descubrir que es una mujer es la parte interesante, porque en medio de todo, sus ojos maquillados reflejan una mirada que permite identificar su género.

 


Figura 2. Médica recibida por la cámara de Gabriela Pérez Montiel en el momento de salir del primer triage puesto en las afueras de Cruz Verde de Monterrey, que no se llegó a usar en ningún paciente, 27 de marzo del 2020.

 

Comenta Gabriela sobre lo que significa ser fotoperiodista:

 

Significa salir, tomar mayores responsabilidades, cuidarse, superar dificultades y retos, solidarizarse con los que están sufriendo por hambre o enfermedad, enfrentarse a lo desconocido, admirar el trabajo de los médicos, estar alerta e informado, respetar el trabajo de mis compañeros fotoperiodistas y, sobre todo, seguir aprendiendo.[8]

 

Otra imagen de Gabriela aparece en el núm. 162, donde se retrata a dos hombres cargando un ataúd en el metro de Monterrey. La imagen es impactante y en verdad genera en el espectador una serie de sensaciones relacionadas con el miedo, el terror, el malestar, muchas emociones a la vez. Los miembros de la asociación “Haz que suceda” se dieron a la tarea de crear conciencia y, protegidos con sus cubrebocas y trajes completos de pies a cabeza color blanco, bajaron las escaleras del metro y se metieron a un vagón cargando el ataúd que decía en una cartulina escrita a mano: “Encerrado o enterrado”. Curiosamente, parece que detonaron más incomodidad que sorpresa, pues en la foto es visible la indiferencia de los usuarios del metro regio.

 


Figura 3. Gabriela Pérez Montiel logró tomar esta imagen en el metro de Monterrey, en Nuevo León, donde el cartel “Encerrado o enterrado”, se refiere a lo solicitado por el Gobierno Federal de “Quédate en tu casa”, 17 de abril del 2020.

 

Gabriela tiene aún a su favor el interés por cubrir todo el estado, aun cuando sabe que es riesgoso a veces por ser mujer: “Sigue siendo un mundo de hombres”.[9]

 

El caso de Omar Martínez es diferente, aunque también cubre las fuentes periodísticas desde el noroeste del país, principalmente en Tijuana, Baja California. Trabaja en forma colegiada con Gabriela Pérez y se ayudan mutuamente. Lo selecciono para este análisis porque se hizo cargo de la portada para el número 163, con la idea de cubrir también esos primeros momentos del covid-19 en la frontera norte del país. Omar empezó a trabajar como fotógrafo muy joven, cuando estudiaba la prepa. Como no le fue posible entrar a la universidad, buscó algo que hacer mientras volvía a presentar el examen de admisión. Desde niño conocía muy bien la ciudad de Tijuana, por lo que no tenía problemas de movilidad. Ya en el diario Frontera y después de aprender a revelar e imprimir los rollos fotográficos, un día tuvo que salir con una pequeña cámara digital marca Nikon Cool-Pix, con la cual consiguió tomar imágenes de un ejecutado. Después, mientras cubría un incendio en donde muchas familias perdieron sus pertenencias, se encontró con una niña que entre los escombros buscaba sus juguetes; él se acercó, preparó su cámara y, en el instante que ella alzó la vista, disparó. Omar señala: “Comencé mirando la fotografía de otros”, y así fue fabricando su propio concepto visual que años después aplicaría.[10]

 

Como fotoperiodista, formó parte del equipo de reporteros gráficos del periódico Frontera en Tijuana y ha trabajado para distintos medios nacionales e internacionales. Colaboró con Greenpeace en la campaña internacional denominada “En defensa de nuestros océanos”, en 2006. Ha participado en más de veinte exposiciones colectivas e individuales, entre las que destaca la V Bienal Nacional de Fotoperiodismo 2001-2002; en ese certamen recibió el Premio al Fotógrafo Joven, con la obra Ejecutado con bulbos, de manos de Enrique Villaseñor, miembro del Consejo Mexicano de Fotografía. Fue premiado también por las fotografías “Parientes de ocasión” y “Obra Negra”, en 2008. Su trabajo forma parte de la colección permanente del Museo Athenaeum en California.

 

Tratantes de Tijuana es el título de la imagen capturada en la ciudad de Tijuana y con la cual obtuvo una Mención Honorífica por parte de la Sociedad Interamericana de Prensa en 2013. Detrás del Muro es la exposición fotográfica en la que muestra la realidad del fenómeno migratorio presentada en la Fiesta del Libro en Medellín, Colombia, en 2014. Su trabajo sobre la odisea que vivieron en México miles de migrantes centroamericanos pertenecientes a la Caravana Migrante fue expuesto en la Fundación Nubuke, en Ghana, África (2019). En 2020 obtuvo el primer lugar del concurso de periodismo de la Cumbre Fronteriza 2020, organizado por el The San Diego Union Tribune y El Centro de Estudios México-Estados Unidos. Después de pensarlo mucho decidió integrarse a la agencia Cuartoscuro para trabajar ahí de tiempo completo, pues su conciencia histórico-visual lo hizo ver la necesidad de proyectar más su trabajo; actualmente es corresponsal en Tijuana.[11]

 

Omar se dio cuenta poco a poco de lo que era el covid-19 y, al igual que todos, comenzó a temerle al contagio, pensando además en sus padres y en su novia, por lo que decidió aislarse de su familia para poder seguir trabajando, pues la ansiedad ya lo carcomía.[12] Y entonces se fue a recorrer las calles y terminó en el propio frente de batalla: se metió por dos días a una ambulancia de la Cruz Roja, dura experiencia, pues muchas veces vio a los paramédicos trabajar sin el equipo necesario para su propia seguridad. Hizo luego algo todavía más audaz: se unió a los médicos del hospital del IMSS núm. 1, de Tijuana, para ver cómo estaban desarrollando su trabajo, lo que padecían y qué situaciones vivían ahí adentro. Comenta Omar que pensó: “¡Si ellos se la rifan por qué yo no!”.[13] Al principio no lo dejaban entrar, evidentemente, pero logró que un médico le diera el permiso y obtuvo imágenes sobrecogedoras de los trabajos de los médicos y enfermeras, de la espera de los pacientes en la calle debido a la saturación de los hospitales, pues Baja California fue uno de los estados con mayor índice de contagios, enfermos y muertos a nivel nacional.

 

Como dice el propio Omar: “Es un gran esfuerzo trabajar en fotoperiodismo, pero es una gran pasión [...] quería documentar lo que pasaba en mi ciudad a todo el mundo”. Entre las imágenes que capturó aparecen médicos y enfermeras, cansadas, con pesadumbre por tener que cuidar enfermos de covid cuando ellos mismos tenían hijos o padres delicados. Así captó a la enfermera Carmina, cuando después de su jornada en el área de urgencias del hospital, supo que debía atender pacientes con covid, mientras en casa la esperaba su hijo pequeño. Su rostro lo dice todo. Esto ocurrió el 16 de abril de 2020, cuando apenas se sabía cómo combatir, tratar o evitar el contagio, con mucho miedo y muerte alrededor. Escurren lágrimas de su rostro afligido, que no teme a la cámara que le apunta para guardar este documento visual. Una imagen a todas luces llena de humanidad y empatía.

 

A la par pensó en ir a los panteones para ver si realmente estaban saturados. Se decía que no iba a haber entierros y que todos los enfermos de covid-19 serían incinerados. En Tijuana morían cerca de treinta enfermos al día. No le permitieron entrar al panteón y buscó la ocasión para meterse. Llevaba varias horas de espera en el panteón número 13 y pensó que no pasaría nada, cuando de repente apareció un músico de alguno de los tríos que suelen acompañar a los dolientes en los entierros con música norteña, muy del lugar. Lo vio pasar solo y sus otros dos acompañantes venían atrás; logró captarlo en el momento en que cruzaba las tumbas en busca de clientes, con su bajo, su bocina, sus botas y su sombrero típicos, y con el fondo de las montañas de Tijuana.

 

El cantor del panteón, captado por la cámara de Omar Martínez, se convirtió en la portada del número 163 de Cuartoscuro. Después vio a los sepultureros vestidos con sus trajes protectores, y, como es su costumbre, se acercó para comentarles, con sana distancia, que deseaba tomar algunas fotos con fines informativos y ellos aceptaron. También los deudos autorizaron que los fotografiara, y así obtuvo las imágenes que aparecen en el interior de la revista y que ilustran claramente el dolor de despedirse de lejos, de no poder tener un duelo en plenitud y de mantener los cuidados obligados para todos.

 

Las imágenes de Omar son directas, sin cortapisas, como la del músico norteño que acompañó el entierro. Se advierte que usa cubrebocas y aunque no es posible verle el rostro, su cuerpo denota tristeza, como tristes debe ser también su música, para despedir a una víctima del covid-19. “Yo tengo que hacer mi parte en la pandemia, algo histórico, por mi trabajo, por mi familia”. Muchas veces ha usado la telefoto, como en el caso de Carmina, y en algún momento prefirió emplear gran angular y después la lente normal. Ahora, con su cámara digital Canon 5D, Mark III, usa una lente 24-70 mm con una apertura muy luminosa de f 2.8.

 

Omar comenta: “Vivimos un momento histórico [...] En las primeras semanas documenté hechos cotidianos, como la creación de piñatas en forma del virus —derivada del típico folclor mexicano—, pero de repente lo cómico dejó de dar risa y empezó una nueva realidad”.[14] Y agrega más adelante: “No comparo mi trabajo con el de un médico pues no hay la mínima comparación, pero sí lo tomé como un ejemplo para mí porque si logro que mi trabajo aporte algo a la sociedad, habrá valido la pena todo. Estoy comprometido en documentar lo que sucede en mi ciudad”.[15]

 


Figura 4. Despedida con música en el panteón número 13 de esta ciudad fronteriza, Tijuana, Baja California, abril 20 del 2020, Omar Martínez. Fotoportada de la revista Cuartoscuro, núm. 63, junio-julio de 2020.

 


Figura 5. Mujer enfermera después de salir de su jornada de trabajo, Tijuana, Baja California, Omar Martínez, 16 de abril de 2020.

 

Por último, el esmero y el trabajo arduo de los fotoperiodistas durante la pandemia no ha sido menor. Hay que reconocer que se han metido en los recovecos tras los estragos del virus para dotarnos de imágenes y dejar un legado visual de estos duros tiempos. Comprender sus dificultades, sus procesos laborales, su crecimiento, el esfuerzo por lograr un lugar en la palestra del fotoperiodismo, cada día más controvertido y, sobre todo, pensando que ahora parece que todos somos fotógrafos: un aficionado resultó ser segundo lugar en la categoría “Retrato individual”, con el título COVID-19 First Responder, en el World Press Photo 2020.[16]

 


Figura 6. Iván Macías, segundo lugar en el World Press Photo, 2020. Categoría: Retrato Individual. Título: COVID-19 First Responder, de la serie COVID-19: en los pasillos de la angustia médica. Imagen publicada en revista Proceso en junio de 2020.

 

Marco Peláez, ganador del Premio Alemán de Periodismo Walter Reuter 2020 con Marcas de la pandemia, primer lugar en la categoría Fotografía y caricatura, señala: “Tomé una serie de fotos hace un año en el Hospital Juárez, cuando apenas se iniciaba la pandemia del nuevo coronavirus en México. Hasta ese momento, ningún fotógrafo había ingresado a un nosocomio. Entré al área de triaje, donde médicos, camilleros y enfermeras se cambian de ropa para dirigirse a la zona de enfermos de covid-19”.[17]

 


Figura 7. Marco Peláez, primer lugar del certamen Premio Alemán de Periodismo Walter Reuter 2020. Marcas de la pandemia. Imagen de una enfermera fatigada, con huellas en el rostro por el equipo que usó durante horas para evitar contagiarse al atender a enfermos de coronavirus en el Hospital Juárez.

 

Para concluir, dado el parecido de ambos retratos premiados, cabe recordar que el profesionalismo de los fotorreporteros y reporteros gráficos es importante en tiempos de crisis y de pandemia. Recuperar una mirada capaz de previsualizar es un elemento clave para subrayar la experiencia adquirida en medio del trabajo, las prisas, el diario ajetreo de solicitudes de los diarios y revistas. Llegará el momento en que se podrán hacer magníficas imágenes con los celulares, las tablets u otro tipo de implementos tecnológicos; lo importante ahora es la entereza para enfrentar estos momentos difíciles de la vida y documentarlos desde diferentes vertientes de uso, como se ha visto. Importante también es señalar que quien tiene ese impulso y habilidad de trabajo pueda irlo perfeccionando para que se capacite, revele, profundice su creatividad y capacidad visual. Si es así, ganaríamos fotógrafos en pos de un periodismo que debe ser independiente, eficaz e incorruptible. Ésta es la proclama inicial de la revista Cuartoscuro, a quien agradecemos por estar atentos al día a día de la pandemia; mientras más profesionales desarrollen su mirada en conjunto con la cámara será mejor para el futuro de la fotografía periodística y documental. El mundo está plagado de aficionados, pero lo importante es proseguir el camino y estamos seguros de que en Iván Macías tenemos un fotógrafo de gran peso para el futuro inmediato. En sus manos está serlo. Los espacios están para brindar lugar, como lo ha hecho Cuartoscuro, capacitando jóvenes que pueden y quieren modificar su entorno, y, sobre todo, crean conciencia del mismo.

 


Figura 8. Isabel Mateos tomó esta imagen: Vivas nos queremos, durante la campaña de desinfección de las principales calles y plazas en la ciudad de San Cristóbal de Las Casas, en el sureste de México, 3 de mayo del 2020, Cuartoscuro, núm. 163.

 

* Dirección de Estudios Históricos, INAH.
[1] Consultado en Instituto Nacional Electoral-Coordinación Nacional de Comunicación Social, Catálogo Nacional de Medios Impresos 2019, Revistas, recuperado de: https://repositoriodocumental.ine.mx/xmlui/bitstream/handle/123456789/113015/JGEor201910-31-ap-9-1-a3.pdf, consultado el 19 de mayo de 2021.
[2] Pablo Ferri, “Lo que México aprendió con la crisis de influenza H1N1. En 2009, una mutación del virus de la influenza puso al país en jaque. Al gobierno le llovieron críticas por avisar tarde del brote”, El País, 28 de febrero de 2020 [hay un video de cuando Calderón dio la noticia al país], https://elpais.com/sociedad/2020-02-28/lo-que-mexico-aprendio-con-la-crisis-de-la-influenza-h1n1.html, consultado el 18 de mayo de 2021.
[3] Portalclinic, “¿Qué es el coronavirusa SARS-COV-2?”, Portalclinic [proyecto elaborado junto a BBVA] https://www.clinicbarcelona.org/asistencia/enfermedades/covid-19/definicion, consultado el 17 mayo 2021.
[4] OMS, “Brote de enfermedad por coronavirus (COVID-19): orientaciones para el público”, https://www.who.int/es/emergencies/diseases/novel-coronavirus-2019/advice-for-public?gclid=Cj0KCQjw7pKFBhDUARIsAFUoMDZbw-IXpxJ8BrrNmG1986S_rXfaGZ3AD9ZMmMJdnNUv3mjBPdJN_LIaApFxEALw_wcB, última actualización 7 octubre del 2020, consultado el 17 de mayo de 2021; Elías Camhaji, “México pide a la población que se quede en casa, pero evita aplicar medidas drásticas”, El País, 19 de marzo de 2020, en https://elpais.com/sociedad/2020-03-20/mexico-pide-a-la-poblacion-que-se-quede-en-casa-pero-evita-aplicar-medidas-drasticas.html.
[5] Una gran idea de los editores Ana Luisa Anza y Pedro Valtierra fue darles voz a los fotógrafos en el número 162.
[6] Galo Cañas, revista Cuartoscuro, núm. 163, junio-julio 2020, p. 6.
[7] Salvador Camarena,La policía mexicana difunde los retratos de los atacantes del casino de Monterrey”, El País, Madrid, 27 de agosto de 2011, https://elpais.com/internacional/2011/08/26/actualidad/1314309607_850215.html, consultado 18 de mayo 2021.
[8] Nota de Gabriela Pérez Montiel, revista Cuartoscuro, núm. 163, junio-julio 2020, p. 16.
[9] Entrevista realizada a Gabriela Pérez Montiel por Rebeca Monroy Nasr, vía zoom, 14 de marzo del 2021.
[10] Entrevista realizada a Omar Martínez por Rebeca Monroy Nasr, Ciudad de México, domingo 24 de mayo de 2021.
[11] Información proporcionada por Omar Martínez el 21 de mayo de 2021, y en la entrevista del 23 de mayo del mismo año, vía zoom.
[12] Idem.
[13] Idem.
[14] Omar Martínez da su testimonio en el número 163 de Cuartoscuro, p. 29.
[15]Ibidem, p. 43.
[16] Aunque otros fotógrafos mexicanos han sido reconocidos por World Press Photo, entre ellos los poblanos Anuar Patjane (NatGeo) y Pedro Pardo (AFP), Sergio Tapiro (NatGeo), Guillermo Arias (AP) y Carlos Cazalis (Corbis), ésta es la primera vez que una fotografía publicada en un medio mexicano obtiene un premio en el certamen. En Staff, “Fotógrafo mexicano entre los ganadores del World Press Photo”, Poblanerías, https://www.poblanerias.com/2021/04/cultura-mexicano-ivan-macias-gana-world-press-photo-21/#:~:text
=La%20imagen%20ganadora%20forma%20parte,junio%20de%202020%20por%20Proceso.&
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A1s%20importante%20de%20fotoperiodismo
, consultado el 20 de mayo de 2021.

[17] Véase Daniel López Aguilar, “A Marco Peláez, de La Jornada, el Premio Walter Reuter”, La Jornada, 30 de abril de 2021, https://www.jornada.com.mx/notas/2021/04/30/cultura/a-marco-pelaez-de-la-jornada-el-premio-walter-reuter/, consultado el 21 de mayo de 2021.