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La era de la juventud

ENVIADO POR EL EDITOR EL Lunes, 16/12/2024 - 19:04:00 PM

Valeria Manzano, La era de la juventud en Argentina. Cultura, política y sexualidad desde Perón hasta Videla, México, FCE, 2017.


Víctor Guerra*

 

Valeria Manzano, doctora en Historia Latinoamericana, investigadora del Consejo Nacional de Investigaciones Científicas y Técnicas (Conicet) y profesora del Instituto de Altos Estudios Sociales de Argentina, nos ofrece este libro sobre la juventud, tema que ha abordado recurrentemente en su trayectoria académica. ¿Cómo hacer historia de la juventud? Para empezar, la autora se plantea como objetivo analizar el proceso de construcción del concepto, es decir, la forma en que la sociedad argentina fue configurando el papel de los jóvenes hasta convertirlos en una categoría cultural y política.

 

En las páginas de este libro encontramos dos formas de concebir a los jóvenes. En primera instancia la concepción de los adultos, quienes tratan de encaminarlos por una senda de continuismo en lo que respecta a los valores, tradiciones y lealtad a la institucionalidad. La intervención de especialistas como educadores, psicólogos o sociólogos será determinante en la estructuración de pautas de convivencia y transición políticas, poniendo al joven argentino como una pieza clave en el proceso de modernización del país. En segundo lugar, se aborda la forma en que la juventud se entiende a sí misma y a su entorno, construyendo nuevas maneras de convivir y estructurando, por ejemplo, una expresión estética propia a partir de sus gustos musicales, o estrategias de organización que les posibilitaron comunicar su insatisfacción y configurar una nueva relación con la autoridad.

 

La periodización que propone la autora ayuda a comprender dicho proceso marcando tres coyunturas dentro del lapso indicado en el título del libro: la primera en 1956, antesala del golpe que derrocó a Perón en su segundo periodo presidencial; la segunda, de 1966 a 1974, y la última, de 1976 a 1983, cada una con sus expresiones juveniles características.

 

¿Podemos hablar de la juventud por sí misma? Partamos de la idea de que los jóvenes actuaban de acuerdo con las posibilidades que el propio Estado les construía: organizaciones estudiantiles afines a los planes políticos en turno y que sirvieran para definir y afianzar los planes estatales. Por otro lado, el consumo como estilo de vida impuesto por los adultos a través de campañas publicitarias dirigidas a un potencial mercado juvenil. Sin embargo, son los jóvenes quienes elegirán esos bienes materiales (jeans, minifaldas o tocadiscos) y definirán cómo conseguirlos.

 

¿En los años sesenta la juventud fue motor de cambio mundial? En efecto, a la juventud puede considerársele la principal protagonista cultural y política de esa década. Pero la autora trata de romper con el consenso de que dicho protagonismo se inicia a mediados del siglo XX como consecuencia de la expansión económica de posguerra y del desarrollo y consolidación de la democracia liberal. Esto resulta insostenible en el caso argentino, donde prevalecieron la inestabilidad y el autoritarismo que marcaron a la juventud en este periodo.

 

El eje de análisis de La era de la juventud en Argentina... es la modernización, proceso que detona aspectos como la ampliación de la matrícula escolar en el nivel secundario y superior, así como las transformaciones en la cultura del consumo y en la relación entre jóvenes y adultos. Se construye así un concepto de generación ya no basado en grupos de edad sino dinámico, pues las propias instituciones que se dedican a su estudio lo transforman según sus intereses.

 

Para Valeria Manzano es importante historiar a la juventud teniendo en cuenta categorías de análisis como cultura, política y sexualidad y la conexión entre ellas. Define su postura historiográfica utilizando fuentes de diversa naturaleza que nos permiten entender que las categorías mencionadas no están disociadas y existe un cruce entre ellas. Esto aporta a la investigación una línea de lectura que nos muestra a la renovación cultural como proceso histórico con sus particularidades, para dejar en claro las diferencias con México, Brasil y Francia principalmente.

 

El libro se divide en ocho capítulos organizados por temas y con un orden cronológico. A partir de la concepción adulta sobre la juventud y de los programas del Estado dirigidos a los jóvenes, se habla de cómo era la vida cotidiana en las escuelas secundarias y universidades, con sus propias dinámicas y conflictos durante un periodo de diez años (1956-1966). Una nueva cultura juvenil surge en el momento en que el rock como género musical se inserta, de manera paulatina y hasta cierto punto controlada, en la industria del entretenimiento gestionado por los adultos. Las expectativas de vida de las mujeres cambiaron cuando empezaron a poder trabajar y a valerse por sí mismas, además de ejercer su propia sexualidad.

 

Una “fraternidad de varones pelilargos” emprende la transformación del género rock y pone las bases de una contracultura, si bien influenciada por los estereotipos anglosajones, enfocada al contexto argentino, musicalmente diferente del de México ya que la música de rock se interpretaba en español. Se abre paso entonces un proceso de politización y radicalización de algunos grupos de estudiantes que, además de plantear cuestiones propias, tratan de cohesionarse con el pueblo, el cual con el tiempo los respaldará en la búsqueda de un nuevo orden de cosas.

 

“Poner el cuerpo” es un juego de palabras para hablar del cuerpo como una categoría cultural y política que puede remitir a las modas juveniles o a la ofrenda de la vida misma en pos de la consecución de ideales políticos. En respuesta, la autoridad se “preocuparía” por restablecer el orden mediante la restricción del acceso a la píldora anticonceptiva, el control de los consumidores de droga y la criminalización sistemática de la juventud.

 

Trabajos como éste son necesarios ya que aportan una visión integral de la juventud, pues acuden a fuentes orales, revistas, informes y estadísticas policiales, así como a la producción artística de la época que nos conduce a entender a los jóvenes de Argentina en su contexto propio.

 

* Escuela Nacional de Antropología e Historia, INAH.