Las derechas en México, nuevas apuestas historiográficas
ENVIADO POR EL EDITOR EL Jueves, 19/12/2024 - 12:27:00 PMMaría del Carmen Collado Herrera, Las derechas en el México contemporáneo, México, Instituto de Investigaciones Doctor José María Luis Mora, 2016.
César E. Valdez*
En el año 2000, la victoria del Partido Acción Nacional y de su candidato presidencial, Vicente Fox Quesada, despertó el interés de politólogos, sociólogos y periodistas. Algunos bestsellers surgieron de aquella mirada atenta al arribo de la derecha mexicana a la presidencia; sin embargo, el empuje inicial pronto se agotó y el estudio de las derechas nuevamente quedó restringido a unos cuantos investigadores, podríamos decir que a Jean Meyer, Soledad Loaeza, Pablo Serrano o Roberto Blancarte; después se agregaron unos cuantos más: Tania Hernández, Robert Curley e Yves Solis, mientras que otros se consolidaron definitivamente, como es el caso de Carmen Collado Herrera, la coordinadora de Las derechas en el México Contemporáneo, publicación que reseñamos.
Las derechas en el México Contemporáneo es un libro importante por dos razones: la primera, porque reúne a tres jóvenes autores cuyas investigaciones abarcan un tramo importante de la historia de las derechas mexicanas; y la segunda, porque los tres artículos que se incluyen son adaptaciones de sus respectivas tesis. Ambas razones nos permiten asegurar que el trabajo en su conjunto es parte de una nueva generación de historiadores interesados en escudriñar en el pasado de las derechas mexicanas.
El libro está conformado por una introducción y tres artículos. La introducción está dividida en tres partes; la primera es descriptiva y resume el contenido de los artículos; la segunda explica —a muy grandes rasgos— qué son las derechas, y finalmente, la tercera parte nos ofrece una periodización de la relación entre las derechas y el Estado laico. Para Collado, esta relación puede periodizarse a partir de dos oleadas anticomunistas, una iniciada entre 1917 y 1940, cuyo motor principal fue la oposición a la Constitución política de 1917; y una segunda, que va de 1959 a 1989, motivada por el temor de que el comunismo se propagara en México, esto ya en el contexto de la Guerra fría. Lo que dejaría un importante hueco de casi 20 años en los que, a decir de la autora, fue “un periodo de buenas relaciones entre la Iglesia y los gobiernos sucesivos” (p. 24). Pero ¿qué pasó entre 1940 y 1959? ¿Cómo se comportaron las organizaciones de derecha? ¿Desaparecieron? ¿Las buenas relaciones entre el Estado y la Iglesia significaron el declive de la confrontación?
Más allá de la búsqueda de construir una interpretación general, la obra en su conjunto “analiza el papel de tres organizaciones de derechas vinculadas en mayor o menor medida a la Iglesia” (p. 32). La primera de ellas es la Orden de los Caballeros de Colón, de la que se ocupa Ana Patricia Silva de la Rosa. El capítulo busca analizar la participación de la orden durante el conflicto religioso de 1926 a 1929; esto lo sabemos por el título, ya que la autora en ningún momento enuncia sus objetivos y comienza con una amplia y profunda monografía muy bien documentada cuyo punto de inicio es la fundación de la orden en México en 1905. Es hasta la mitad del artículo que la autora comienza a explicarnos la participación de la orden en el conflicto. Es importante recalcar en este punto que, aunque se nombra a los Caballeros de Colón prácticamente en todas las obras dedicadas al conflicto religioso, sólo en La cruzada por México, de Jean Meyer, asumen un papel protagónico; Silva de la Rosa concluye que, “si bien la Orden no fue de nombre un protagonista principal de la Guerra cristera, sí lo fueron sus miembros” (p.106). Así, este artículo es un recuento pormenorizado de las actividades de los Caballeros y de sus miembros, quienes, lamentablemente, aparecen y desaparecen en el texto sin profundizar en sus actividades anteriores o posteriores.
Marco Aurelio Pérez Méndez es el autor de “La Unión Nacional de Padres de Familia: una oposición conservadora al laicismo en la educación”. Pérez Méndez afirma que la aparición de la UNPF fue resultado de la pugna entre el Estado y la Iglesia; en primera instancia, esa organización representó un proyecto alterno al del Estado revolucionario y, por otra parte, fue una reacción adversa a la Constitución de 1917, siendo el punto neurálgico de disputa el de la educación laica. Aunque el autor afirma que se propone analizar el conflicto entre la UNPF y el régimen surgido de la Revolución entre los años de 1917 y 1940 a partir de la revisión de tres momentos (en 1917, luego de aprobarse el artículo 3 constitucional; durante el conflicto religioso, y finalmente, en su esfuerzo para combatir la educación socialista), en realidad termina por abarcar la totalidad de los 23 años que se enuncian en el título. Las coyunturas que marca el autor son, en todo caso, puntos de inflexión en los que la UNPF se rearticuló y modificó sus formas de lucha; sin embargo, el autor se concentra, fundamentalmente, en la confrontación de los discursos, los cuales en muchos casos se contravenían con la realidad. Es importante señalar que por momentos pareciera que la UNPF es un organismo sin rostro, unos cuantos nombres; sin embargo, al enfocarlo como un grupo de presión, el autor opta por ponderar la UNPF en función de su peso como organización y su capacidad para incidir en la opinión pública.
Con el título “Anticomunismo católico. Origen y desarrollo del Movimiento Universitario de Renovadora Orientación (MURO) 1962-1975”, Mario Santiago Jiménez nos presenta la historia de una organización juvenil que saltó a la fama junto con el Yunque en el contexto de la victoria del PAN en las elecciones presidenciales del año 2000. A diferencia de los dos primeros capítulos, en éste el autor inicia marcando distancia de la producción periodística referente a las derechas y afirma que su texto busca ser una aportación desde el punto de vista histórico. Santiago Jiménez parte de la idea de que existe una larga tradición de organizaciones que, lejos de lo que la historiografía posrevolucionaria afirmó, estaban muy bien organizados y muchos de ellos lograron mantener ciertos niveles de secrecía. El autor expone una breve genealogía de los grupos secreto-reservados para luego aterrizar en Puebla y contarnos los pormenores de la creación del Frente Universitario Anticomunista (FUA) y del Movimiento Universitario de Renovadora Orientación (MURO). Pone énfasis en los beneficios de la estructura por células y del férreo control ideológico. El relato es sumamente detallado y en ocasiones avanza prácticamente año por año, junto con las acciones, discursos y enfrentamientos, que son abordados a partir de entrevistas a algunos de los participantes en esos acontecimientos; ello nos abre una perspectiva en primera persona que, desde la individualidad, nos cuenta un proceso vivido y actuado por colectividades juveniles que, lejos de convivir pacíficamente por compartir sus ideales, se confrontaron continuamente en aras de imponer una táctica y estrategia particulares. En este artículo se extraña una reflexión acerca de las juventudes y la política en los años cincuenta y sesenta, en los que sin duda los adultos parecen haberse desplazado a un plano secundario.
Una de las deficiencias del conjunto de trabajos que se recopilan en Las derechas en el México contemporáneo es enunciada por su coordinadora en las primeras páginas, a saber: la concentración en organizaciones de derecha con vínculos con la Iglesia católica, y por tanto, la ausencia de organizaciones de derecha no clericales. También el volumen pudo consolidarse más con la inclusión de algún texto que se concentrara en el periodo que va de 1940 a 1962; por la periodicidad, salta a primera vista la Unión Nacional Sinarquista, organización de masas que despertó la alerta del gobierno mexicano y que sin duda es el eslabón entre dos generaciones de militancia católica. También se hubiera agradecido la inclusión —en las notas a pie de página, por lo menos— de breves semblanzas de los principales personajes que aparecen nombrados en los artículos. Pero por encima de ello, afortunadamente, el conjunto de artículos es, sin duda, una aportación vital a una historiografía que está viviendo un nuevo impulso. Los tres trabajos, así como la introducción, aportan nuevas perspectivas e indicios para repensar el papel de las derechas en la historia contemporánea de México. Logran marcar una distancian saludablemente de la condena a priori, así como de la apología, para, finalmente, dejarnos ver que más que una reacción ante la Revolución mexicana, las derechas eran una organización con una agenda propia y una clara propuesta alternativa de nación.
* Dirección de Estudios Históricos, INAH.