De la plata a la cocaína

ENVIADO POR EL EDITOR EL Jueves, 19/12/2024 - 12:46:00 PM

Carlos Marichal, Steven Topik y Zephyr Frank (coords.), De la plata a la cocaína. Cinco siglos de historia económica de América Latina, 1500-2000, México, El Colegio de México / FCE, 2017.


Alfredo Pureco Ornelas*

 

De la plata a la cocaína, texto colectivo coordinado por los profesores Marichal, Topik y Frank, apareció en las mesas de novedades de las librerías de la Ciudad de México en el otoño de 2017. Desde ese momento, su título llamó provocadoramente mi atención por incluir una palabra que no suele figurar en un libro académico de historiografía en la famosa colección de forros negros del Fondo de Cultura Económica. La palabra es “cocaína”. En un contexto como el actual, donde abundan las referencias tanto impresas como electrónicas a los mercados ilícitos, la delincuencia organizada y la cultura generada en torno a ellos, atrae poderosamente la atención cómo ahora la historiografía académica, a través del texto mencionado, da el debido enfoque a uno de los bienes comerciables, que —según especialistas como Roberto Saviano— podría catalogarse como una de las mercancías más importantes del mundo en el siglo XXI, incluso más importante que energéticos como el petróleo. Ésta habría sido la razón inicial por la que la obra que coordinan Marichal, Topik y Frank ha llamado la atención: el mensaje de que los historiadores económicos están reconociendo como objeto de estudio los mercados ilícitos con toda su importancia para explicar la realidad, anticipándose así a que lo hagan (o a pesar de que quizá nunca lo hagan) los economistas. Por tanto, el solo título del libro representa un gran acierto de sus coordinadores, ya que va más allá de un mero recurso mercadotécnico editorial.

 

Este texto reúne, en medio millar de páginas, una docena de ensayos referidos a la historia y a la trascendencia que a lo largo del tiempo han tenido bienes comerciables y que de forma individual han hecho famosas a distintas regiones de América Latina en el último medio milenio. No está por demás enumerar el catálogo de estas monografías para estímulo e interés del potencial lector y para resaltar el hecho tácito que plantea el libro en sí: en distintas etapas de su historia, América Latina ha sido un proveedor, a veces insustituible, de artículos diversos (las famosas commodities en lengua inglesa) que en la cultura y civilización occidental han adquirido gran importancia tanto en sus patrones de consumo como en sus esquemas de producción y, en general, del funcionamiento económico. Así, plata, índigo, grana cochinilla, tabaco, café, azúcar, cacao, plátano, guano, caucho, henequén y cocaína son los artículos que nuestro subcontinente ha provisto a los Estados que los dominaron políticamente, para su placer gastronómico y recreativo, o ante la necesidad que de ellos se tuvo en la manufactura o incluso en la estructuración de un sistema de pagos internacionales de alcance mundial.

 

La temática abordada en este libro cobra relevancia porque con ella los autores rehabilitan, desde la historiografía económica —aunque acaso sin declararlo explícitamente—, una discusión que ya era crítica, a partir de lo teórico y con sólidos argumentos, en los inicios de los años 1970, y la enarbolaba Arghiri Emmanuel, entre otros; la discusión cuestionaba la teoría ortodoxa del comercio internacional en un punto crucial: la presencia infaltable de una relación de desigualdad en el intercambio, expresada en el diferencial de precios de las manufacturas respecto del de los bienes agropecuarios y materias primas que desde entonces ha propiciado una brecha entre Estados ricos y Estados pobres o entre desarrollo y subdesarrollo, como solía decirse entonces.

 

Desde esta lectura, no concuerdo tanto con el subtítulo que los autores dieron a su obra (Cinco siglos de historia económica de América Latina, 1500-2000), pues cabría preguntase si los rasgos históricos distintivos del comercio internacional de América Latina definen de manera total su historia (¿o su destino?). Y también porque quizá habría sido más preciso decir respecto del contenido, que se ha tratado más que de cinco siglos de “historia económica”, de medio milenio de “intercambio económico desigual con el mundo”. En todo caso, ellos tomaron los riesgos de edición, y, en nuestro carácter de lectores, sólo nos corresponde hacer los señalamientos que parecen adecuarse al contenido del texto.

 

Por último, y también en torno al contenido mismo del libro, llama la atención un lugar casi común en la opinión de los autores de cada capítulo: en general están convencidos de que el producto que analizaron fue “el más importante” dentro del comercio internacional del momento. Aquí la pregunta sería: si tan importante papel histórico han tenido los productos de América Latina, ¿por qué sigue siendo fundamentalmente exportadora de productos análogos (granos, aguacate, berries, frutos tropicales) cuya “importancia” no la ha llevado a trascender su posición de economía “emergente”?

 

Al margen de estas reflexiones, surgidas de una lectura singular, la reunión de ensayos de este volumen con creces resulta en un libro interesante y recomendable, por supuesto.

 

* Instituto de Investigaciones Doctor José María Luis Mora.