Entre lo social y lo documental. Los reportajes de Manuel Gutiérrez Paredes en Revista de América, 1951- 1968
ENVIADO POR EL EDITOR EL Miércoles, 15/01/2025 - 11:00:00 AMOralia García Cárdenas*
Resumen
Este artículo se propone analizar el trabajo del fotógrafo Manuel Gutiérrez Paredes para Revista de América, entre 1951 y 1968. La autora estudia los usos sociales y políticos que tuvieroan sus imágenes en la época en la que se publicaron, así como las lecturas que se le pueden dar en la actualidad; señalando además su contribución a la construcción de imaginarios culturales de México.
Palabras clave: Manuel Gutiérrez Paredes, Revista de América, imaginario cultural, fotoperiodismo.
Abstract
This article sets out to analyze the work of photographer Manuel Gutiérrez Paredes for the Revista de América between 1951 and 1968. The author studies the social and political uses of his images at the time they were published, as well as the readings that can to given to them today; it also focuses on his contribution to the construction of collective cultural imaginaries in Mexico.
Keywords: Manuel Gutiérrez Paredes, Revista de América, collective imaginary, photojournalism.
Durante las décadas de 1930 y 1940 la prensa mexicana experimentó significativas transformaciones, que se tradujeron en lo que se conoce como “la época de oro de las revistas ilustradas”.[1] Rebeca Monroy señala que publicaciones como Hoy, Mañana y Siempre tuvieron una amplia circulación y contaron entre sus colaboradores a destacados escritores e intelectuales mexicanos y del extranjero. Sus directores, editores y redactores optaron por combinar textos con imágenes, con lo que dieron gran peso editorial al aspecto gráfico, con resultados positivos para los medios impresos. Cabe recordar que fue el momento en que la fotografía cobró gran importancia en la vida política, social y cultural del país. Inclusive llegó a convertirse en un instrumento eficaz en la construcción de imaginarios del México posrevolucionario.[2] “Las revistas ilustradas buscaban llamar la atención del público letrado y no letrado, por lo que los editores de estas publicaciones introdujeron notas gráficas semanales, mini-reportajes de actualidad; retratos de políticos, artistas y destacadas personalidades invadieron las portadas y los interiores, era una nueva faz dentro del territorio de lo gráfico”.[3]
Es necesario recalcar que algunas revistas ilustradas mexicanas se caracterizaron, en gran medida, por presentar un discurso oficial, y al parecer fomentaban, sustentaban y ejercían un poder sustancial en la opinión pública. Es en este sentido que se propone revisar el caso específico de la Revista de América, y en particular el trabajo del fotógrafo Manuel Gutiérrez Paredes, mejor conocido como Mariachito. De esta forma se pretende estudiar si la prensa estuvo supeditada al poder político o viceversa, y cómo se beneficiaban o favorecían mutuamente.
Una cuestión relevante que debe tomarse en cuenta es que hasta ahora Revista de América no ha sido incluida en ningún estudio de la prensa o de fotohistoria mexicana. Por esta razón considero importante realizar un análisis de su contenido, acerca de sus antecedentes, su fundador y director, el periodista Gregorio Ortega Hernández; pero sobre todo en los reportajes sociales realizados para esta revista en los que fueron incluidos algunas imágenes del fotógrafo de prensa Manuel Gutiérrez Paredes, quien hasta ahora es más conocido por su trabajo sobre el movimiento estudiantil de 1968, del que es preciso enfatizar que se ha convertido en el referente iconográfico por excelencia.
Gregorio Ortega y su trayectoria en el periodismo político
Gregorio Ortega Hernández (1901-1981) comentó que provenía de una familia numerosa que había emigrado de una población cercana a la capital, a principios del siglo XX, y que sus padres fueron maestros de primaria.[4] En 1918 cursó sus estudios en la Escuela Nacional Preparatoria, donde comenzó a escribir en un periódico estudiantil. Poco tiempo después, ingresó al periódico El Universal como aprendiz de reportero, su maestro fue el periodista Fernando Ramírez de Aguilar y fue así como realizó sus pininos en el periodismo. Poco tiempo más tarde trabajó para Revista de Revistas y para El Universal Ilustrado, al lado de Carlos Noriega Hope, con quien entabló lazos de amistad. Ortega afirmó en una ocasión que “su curiosidad por los seres humanos lo llevó a especializarse en un género difícil [como] la entrevista”. Y refiere que fue la escritora chilena Gabriela Mistral quien le auguró mucho éxito en su carrera.[5]
En 1926 se fue a vivir a París, donde continuó escribiendo notas para El Universal Ilustrado y los diarios franceses Pour Vous y L´Intransigeant. Para este último realizó un artículo acerca de la candidatura presidencial de José Vasconcelos en 1929. Durante su estancia en el continente europeo Ortega Hernández narró que logró sobrevivir gracias a su oficio de escritor, así como una intensa labor de traducción del español al francés de las obras literarias más importantes de Mariano Azuela.[6]
Ese mismo año Ortega publicó un libro en donde compiló una serie de entrevistas con diferentes personajes del medio político e intelectual, entre los que destacaban: Federico Gamboa, Luis G. Urbina, Salvador Díaz Mirón (a dos años de su muerte), Alfonso Reyes, José Vasconcelos, Gabriela Mistral y Diego Rivera. El texto se tituló “Hombres, mujeres”. Los reportajes de Ortega, afirmó Vasconcelos, “son documentos sumamente interesantes para la historia literaria de la época. Están escritos con verdad y talento, penetrando en el espíritu de cada uno de los entrevistados para encontrar lo mejor que poseen, sin descuidar la anotación de las debilidades y vanidades que a todos nos hacen poco ridículos”.[7]
Regresó a México en 1930, donde continuó su labor periodística para Revista de Revistas y comenzó a colaborar con publicaciones como Jueves de Excélsior, Detectives, Ilustración, Mujeres y Deportes, Cámara y Guerra contra el Crimen, La Prensa, El Nacional, Novedades, Todo y Vea. Posteriormente ingresó a la plantilla de redactores de la revista Hoy, bajo la dirección de Regino Hernández Llergo, y en la que reporteaba. De acuerdo con su relato, lo que le abrió las puertas de la revista fue una entrevista al senador Ezequiel Padilla, pieza clave en la ruptura entre los generales Plutarco Elías Calles y Lázaro Cárdenas en junio de 1935, por la publicación de “El general Calles señalando rumbos”. La entrevista fue hecha para la revista Rotofoto (dirigida por José Pagés Llergo) en 1938, y fue desmentida por el propio Padilla. Esto aumentó la circulación y ventas de Rotofoto de manera considerable, y así Ortega fue lanzado al éxito dentro del periodismo político.[8]
Los artículos y reseñas de las entrevistas realizadas por Ortega eran de corte político, y en muchas ocasiones dejó ver claramente cuál era su posición ideológica, y cuál sería luego el discurso editorial de Revista de América. Por ejemplo, una nota que escribió en la revista Así, en noviembre de 1941, muestra una abierta defensa al presidente Manuel Ávila Camacho, criticando así a sus adversarios políticos. También la entrevista que hizo al candidato presidencial de la elección de 1946, Ezequiel Padilla, quien a pesar de la diferencias que había tenido con Ortega años antes, le otorgó una nueva entrevista en donde Ortega mostraba un apoyo implícito a su contrincante Miguel Alemán. Dicha nota fue publicada en la Revista de América el 4 de mayo de 1946.Finalmente, un artículo donde hizo pública una declaración del expresidente Lázaro Cárdenas, quien afirmaba que no apoyaría la candidatura de Miguel Henríquez Guzmán, publicado en la revista Así el 19 de mayo de 1954.[9] El discurso que mantenía esta publicación estaba orientado al ala de centro-derecha oficial, ya que siempre apoyó en forma explícita a los candidatos oficiales designados por el Partido Revolucionario Institucional (PRI).
En este contexto, observamos a un hombre culto, que tuvo una trayectoria de más de cuarenta años en el periodismo político, especializado en el género de la entrevista. Es él quien da origen a la Revista de América, cuyo primer número fue publicado el 29 de diciembre de 1945, a un año de finalizar el sexenio de Manuel Ávila Camacho, bajo el nombre Así es América. Dicha revista se mantuvo por 34 años, hasta que el 25 de octubre de 1980 fue publicado el último número durante el gobierno de José López Portillo. En todo este tiempo Gregorio Ortega Hernández fungió como director general de la misma, y tan sólo un año después del cierre de Revista de América, Ortega falleció.
Acerca de Revista de América
Revista de América surgió en plena coyuntura electoral, en 1946. Al igual que otros medios impresos, presentó una amplia cobertura de la campaña de Miguel Alemán como el candidato predilecto. La revista dedicó unas escasas páginas a la campaña de la oposición y echó mano de ese mismo recurso en la siguiente elección de 1952, al brindar una gran difusión de la campaña de Adolfo Ruiz Cortines, y así sucesivamente a las de todos los candidatos del PRI: Adolfo López Mateos (1958), Gustavo Díaz Ordaz (1964), Luis Echeverría (1970) y José López Portillo (1976). En todas ellas cubrió las giras de los candidatos y describía en forma detallada, con cierta imparcialidad, las actividades políticas de los abanderados del PRI.
Revista de América fue una publicación semanal, eminentemente de corte político nacional. No obstante, contenía una serie de secciones, notas, artículos y columnas sobre los principales acontecimientos mundiales. Así, en toda su existencia (1946-1980), es decir, durante la guerra fría, dedicó sus páginas a tratar asuntos políticos, económicos, sociales y culturales. Incluso publicó reportajes históricos, como la reproducción de fragmentos del libro, México Insurgente, del periodista estadounidense John Reed acerca de la Revolución Mexicana, escrito en 1915. Asimismo incluía descripciones críticas de personajes políticos y culturales de México y de otros países; por ejemplo, la gran cobertura a las muertes de Eva Perón, en julio, y de José Stalin, en octubre de 1952; así como la coronación de la reina Isabel II de la Gran Bretaña, en junio de 1953. Por otra parte, también se publicó una serie de reportajes sobre los papas Pío XII, Juan XXIII y Paulo VI. Aunado a que en la revista aparecían en forma periódica secciones y editoriales de crítica cinematográfica y teatral —en la que el cine mexicano de la llamada “época de oro” recibía mayor atención—, por lo que las notas relacionadas con el espectáculo nacional ocupaban un lugar muy importante en la publicación.
Se podría afirmar que el discurso editorial de Revista de América fue de corte oficial, ya que muestra a México como un país heredero de la Revolución, estable y en pleno desarrollo económico. En sus páginas se hacía énfasis en la industrialización y en la construcción de vías de comunicación por todo el país. Sin embargo, se puede observar un doble discurso, donde a pesar de los beneficios materiales resultado de las políticas gubernamentales, también denunciaba ciertos rezagos sociales en el país, mismos que planteaba como tareas pendientes del Estado posrevolucionario.[10]
Gregorio Ortega fue el director general en casi todos los años de existencia de la revista. En los primeros años de la publicación, su hermano Benjamín Ortega ocupó el cargo de jefe de redacción y su hermana María Guadalupe Ortega dirigiría la revista femenina Lupita, que pertenecía al mismo consorcio de la familia Ortega. Años más tarde se sumó al equipo de periodistas Gregorio Ortega Molina, hijo de Gregorio Ortega, quien también se dedicó a la entrevista política.[11]
En Revista de América colaboraron un gran número de articulistas y redactores: Edmundo Valadés, Alfonso Reyes, Silvio Zavala, Andrés Henestrosa, Paulita Chick, Armando Araujo, Carlos Alvear Acevedo, León Barradas, Ramón Pedroza Langarica, Leonardo J. Canizares, Manuel Karabali, Antonio L. Rodríguez, Consuelo Frausto, Pedro Pagés, Hernán Laborde, Oswaldo Díaz Ruanova, Consuelo Pastor, Pedro Soler Alonso, Pedro García Partagas, José Gamboa, Fernando Amado Chacón, José H. Delgado, Charles Savage, Elfidio Alonso, Juan Gallardo, Antonio Rodríguez, Juan B. Climent, entre otros. También contó con corresponsales en Estados Unidos y Europa, tales como José Infante y Antonio Serrano; lo que mostró un amplio abanico ideológico de la revista. Así, tanto la derecha, el centro y la izquierda del país tenían cabida en la publicación.
Durante los años de vida de la revista, las imágenes fueron importantísimas, de ahí que contara con la colaboración de fotógrafos mexicanos consagrados como Enrique El Gordo Díaz, con crédito en varios fotoreportajes; Enrique Delgado, Aurelio Montes de Oca, por muchos años jefe de fotografía y a quien se le atribuyen la mayoría de las portadas de la revista; así como los fotógrafos Xavier o Javier Gálvez, Armando Zaragoza, los hermanos Mayo (Francisco, Julio, Faustino y Cándido), Tomás Montero, Héctor García, Oscar Kim Nieves y Manuel Gutiérrez Paredes, de quien me ocupare a continuación.[12]
Manuel Gutiérrez y los reportajes sociales en Revista de América
Manuel Gutiérrez Paredes, Mariachito, inició su carrera con el reconocido fotógrafo Ismael Casasola en la revista Hoy, a finales de la década de 1930. Pero fue en Revista de América donde desarrolló sus actividades profesionales entre 1940 y 1960, y en ese medio tuvo su mayor producción gráfica. El trabajo de Mariachito en Revista de América fue destacado y muy apreciado por parte de sus colegas, que en varias ocasiones reconocieron su labor fotoperiodística.
El cinturón de miseria que rodea a la Ciudad de México, escrito por Luis Suárez, con siete fotografías de Manuel Gutiérrez Paredes Mariachito, fue realizado en “la colonia proletaria Álvaro Obregón”. Revista de América inicia este número con la publicación de una dramática serie de reportajes sobre uno de los problemas más importantes del país, pues no sólo atañe al Distrito Federal, el de las colonias proletarias, puesto que en ellas se han refugiado multitud de provincianos que no encontraron en las entidades federativas el clima de seguridad necesario para hacer una vida respetable y humana. En este número, Luis Suárez da una propia muestra de su fidelidad, al hablar como lo hace de las cien mil familias esparcidas en torno a la Ciudad de México que arrastran una existencia sin horizontes. Las fotografías de este primer reportaje las hizo Manuel Gutiérrez. Este joven fotógrafo es también de los humildes, no sólo por la inclinación sino por su mismo origen. Ha sabido elevarse desde las más humildes condiciones hasta adquirir en el periodismo su nombre estimado. Cada una de sus fotografías es un documento impresionante.[13]
Lo anterior demuestra el amplio reconocimiento que le hicieron a Gutiérrez Paredes los hermanos Gregorio y Benjamín Ortega, a quien consideraban “un joven fotógrafo de carácter humilde”, o como el joven fotógrafo de origen humilde que era emprendedor y buscaba superarse día con día.[14] Esto puede observarse en la nota publicada por Revista de América, a la vez reproducción textual del reportaje publicado por la revista Hoy el 4 de marzo de 1939:
Artistas, políticos, hombres de letras, cuya lista sería larga de enumerar, figuran entre los hallazgos de Ortega, a los cuales dio publicidad y “descubrió” a la fama. Pero ninguno de éstos conmueve al propio Ortega como lo hizo y lo sigue haciendo ahora el Mariachito. Este artículo, reproducido de la revista Hoy del 4 de marzo de 1939 —ya va a ser 20 años—, fue escrito con mucho cariño sobre ese chamaco “de risa ancha, arriscado sombrero de palma”, “calzones y camisa de manta”, que hoy es uno de los mejores y más famosos fotógrafos de prensa en México, don Manuel Gutiérrez a quien en esta casa todavía se le llama con afecto Mariachito.[15]
Recuadro en el que se hace referencia al trabajo de Manuel Gutiérrez como fotorreportero de Revista de América, núm. 510, 1 de octubre de 1955. Hemeroteca Nacional-UNAM.
El trabajo identificado de Mariachito en Revista de América mostró una serie de reportajes donde se trataban temas y problemas sociales en la Ciudad de México y en otros lugares del país, como Monterrey, Acámbaro, Villahermosa o la región del Valle del Mezquital, en Hidalgo. Es importante hacer hincapié en que la mayor parte de la producción fotoperiodística de Gutiérrez Paredes en Revista de América fue realizada durante la década de 1950, esto lo llevó en 1964 a trabajar con Luis Echeverría Álvarez como su fotógrafo particular, quien lo incluyó en la nómina de la Secretaría de Gobernación. Si bien durante algún tiempo alternó entre ambas actividades, pronto su trabajo en la prensa disminuyó de forma considerable, quizás debido a la demanda de trabajo del secretario de Gobernación.
Es importante aclarar que si bien Revista de América fue fundada en diciembre de 1945, no se tiene certeza de que Manuel Gutiérrez haya ingresado en ese momento a la publicación, se infiere que por lo menos desde 1948 ya colaboraba en la misma.[16] No obstante, las imágenes con sus respectivos créditos comienzan a aparecer hasta julio de 1951, en un reportaje escrito por Adrián García Cortés y presenta quince fotografías de Mariachito acerca del contrabando de braceros en Monterrey. En el artículo se comentó acerca de la dificultad de los braceros —muchos de ellos jóvenes campesinos provenientes de Guanajuato, Jalisco y Durango— para cruzar la frontera, debido a que eran revisados dentro de la oficina reclutadora en Monterrey, Nuevo León, para ser contratados como trabajadores agrícolas en Estados Unidos, y en ese tránsito Manuel Gutiérrez los fotografió.[17] En julio de 1955 fue publicado otro reportaje similar sobre los braceros en Monterrey, mientras esperaban para cruzar la frontera y donde nuevamente se muestran las deplorables condiciones en que se les mantenía antes de ser contratados.[18]
Braceros a la espera de ser contratados, en la estación de tren de Monterrey. Revista de América, núm. 291, 21 de julio de 1951. Hemeroteca Nacional-UNAM.
Un tema recurrente en las imágenes publicadas de Manuel Gutiérrez es el de la pobreza asociada con la infancia, mismo que puede observarse en el reportaje sobre los cinturones de miseria en la Ciudad de México. El texto es de Luis Suárez está acompañado por siete fotografías de Mariachito. En esa misma tónica aparece otra nota del 12 de marzo de 1960, donde el fotógrafo retrató a un joven huérfano y sin hogar, del cual obtuvo su nombre: Gustavo Jiménez, en la secuencia se muestra a este sujeto caminando sin rumbo por zonas marginales del Distrito Federal. Otro ejemplo es el reportaje publicado el 27 de enero de 1962 sobre un barrio marginal en la Ciudad de los Deportes y avenida Insurgentes, donde se puede observar a mujeres y niños que vivían en la más completa miseria, dentro de un espacio físico donde se anunciaba la construcción de varios edificios como parte del proyecto de desarrollo urbano.
Reportaje sobre el asentamiento de familias pobres en espacios de desarrollo urbano. Se hace evidente el contraste entre pobreza y modernización. Revista de América, núm. 840, 27 de enero de 1962. Hemeroteca Nacional-UNAM.
El crecimiento de la zona urbana del Valle de México se convirtió en uno de los ejes de los reportajes de Mariachito, quien retrataba las problemáticas que traía consigo este fenómeno, como la construcción del mercado de La Merced, presentado como “el mercado más grande de América”, con ocho imágenes de su autoría publicadas en abril de 1957. O bien la nota publicada en octubre del mismo año, sobre la necesidad de conservar el barrio de La Merced como patrimonio histórico. Pero también se publicaron algunas notas sobre las fallas en los trabajos de urbanización, ejemplificados en los deterioros ocasionados por filtraciones de agua en el recién inaugurado Multifamiliar Miguel Alemán, en un reportaje publicado en abril de 1960. En otro daba cuenta del surgimiento de la Unidad Habitacional en Nonoalco-Tlatelolco, fechada en febrero de 1961. En esta misma tónica se publicaron 29 imágenes que capturó Mariachito, en conjunto con Enrique Díaz, sobre el problema del crecimiento poblacional aunado al tráfico que aquejaba a la ciudad, con fecha del 5 de noviembre de 1960.
Reportaje sobre el problema del tráfico vehicular. Revista de América, núm. 776, 5 de noviembre de 1960. Hemeroteca Nacional-UNAM.
Manuel Gutiérrez también documentó para Revista de América otro tipo de imágenes en materia de salud pública. Por ejemplo, una serie de reportajes sobre el Manicomio General de la Castañeda, que desde su fundación en 1910 tenía un velo negativo en la opinión pública y ello era reflejado por una prensa que cuestionaba sobre todo las “prácticas psiquiátricas”.[19] Así, entre marzo y abril de 1959 fueron publicados cinco reportajes con 28 imágenes de su autoría, las que contenían información sobre los pacientes, hombres, mujeres y niños, así como las actividades realizadas dentro del manicomio. Las fotografías estaban acompañadas de un texto de Martha Leyzaloa, quien describió a La Castañeda como una “pesadilla” y “un dantesco infierno”, y asocia la cuestión de la enfermedad mental con la pobreza. Uno de los pies de foto dice lo siguiente: “El enfermo, dentro de sus limitaciones de entendimiento, de raciocinio, cree estar en una cárcel y no en un centro de salud, de regeneración mental, son símbolos de pobreza”.[20]
Los pacientes psiquiátricos de la Castañeda retratados por Mariachito: hombres melancólicos, mujeres tras las rejas, y niños rapados, pero dentro de todo este desolador panorama se muestra un destello de normalidad, mujeres realizando actividades manuales (bordado). “El Manicomio de Mixcoac. Pesadilla de México”, en Revista de América, núm. 691, 21 de marzo de 1959. Hemeroteca Nacional-UNAM.
Los temas del indigenismo y desarrollo social también fueron presentados en las fotografías de Manuel Gutiérrez. Ejemplo de ello es el reportaje sobre la aplicación del modelo de desarrollo social del gobierno, encarnado en el Programa de Patrimonio Indígena en una de las regiones más pobres del país, el Valle del Mezquital en Hidalgo. Se trata de doce fotografías publicadas en el número 761 del 23 de julio de 1960, en las que se muestra la política social de apoyo a los grupos indígenas (otomíes o hñähñu) para mejorar sus condiciones de vida. Las gráficas presentan la sustitución de chozas de penca de maguey por casas de cemento, reforestación de magueyes, la instalación de tuberías de agua potable, y la colocación de granjas avícolas; un lugar inhóspito por excelencia, y de una miseria impresionante, se presenta con optimismo gubernamental.[21]
Propaganda del programa de desarrollo social de Patrimonio Indígena en la región del Valle del Mezquital. Revista de América, núm. 761, 23 de julio de 1960. Hemeroteca Nacional-UNAM.
Los temas religioso y culturales también fueron retratados por Mariachito y publicados en Revista de América. Por ejemplo, para un extenso reportaje incluido en el número 598 del 8 de junio de 1957 realizó un fotorreportaje sobre el mercado de Juchitán en el Istmo de Tehuantepec, Oaxaca, y consta de treinta fotografías, donde se observa a las mujeres juchitecas ocupadas en la venta de alimentos y la producción artesanal de alfarería y cestería.[22]
En este reportaje las protagonistas son las mujeres juchitecas, y su cultura indígena, expresada en la venta de comida y elaboración de alfarería y cestería. Revista de América, núm. 598, 8 de junio de 1957, pp. 23-31. Hemeroteca Nacional-UNAM.
Como se pudo observar en esta selección de reportajes sociales, las temáticas en las fotografías de Manuel Gutiérrez fueron diversas y abarcaron temas políticos, culturales, religiosos y, por supuesto, sociales. Revista de América y Mariachito, de acuerdo con su postura ideológica, siguieron un discurso editorial de propaganda gubernamental, en el que se mostraban los retos y los logros en materia social, en el que se podía comprobar que el Estado se estaba ocupando de los problemas que aquejaban a la población.
En el caso de Revista de América, y de otras publicaciones y periódicos en los que colaboró, Manuel Gutiérrez surgió una relación dialéctica entre editores y fotógrafo. Es decir, los primeros se sirvieron de sus imágenes y él se valió de ellos para posicionarse con su trabajo, prueba de ello son las fotografías publicadas, así como el presumible uso político que éstas pudieron tener. Así, a través del trabajo que Mariachito realizó en la revista dirigida por Gregorio Ortega no sólo es posible dilucidar cuál fue el papel de la prensa, sino también los mecanismos políticos, sociales y culturales de los gobiernos posrevolucionarios.
Por último, podemos afirmar que Gregorio Ortega pasó de ser un hombre con ciertas ideas progresistas, incluso llegó a calificarse como “anarquista”, a ser un periodista que poco a poco se alineó al establishment y que en cierto modo parecía convencido de las medidas políticas de los gobiernos priistas, las cuales justificó en las páginas de Revista de América. Manuel Gutiérrez, en gran concordancia con Ortega y sus colaboradores, respondió al discurso que buscaba fomentar los valores nacionales, pero no por eso dejó de demostrar las tareas pendientes de la Revolución. Manuel Gutiérrez Paredes, Mariachito, contribuyó con su obra fotográfica a la construcción de imaginarios sobre el México del siglo XX.
* Archivo Histórico del IISUE-UNAM, Escuela Nacional de Antropología e Historia-INAH.
[1] Rebeca Monroy Nasr, “Del medio tono al alto contraste: la fotografía mexicana de 1920 a 1940”, en Imaginarios y fotografía en México 1839-1970, México, Lundwerg / Conaculta / Sistema Nacional de Fototecas-INAH, 2005, p. 137.
[2] Al respecto, cabe agregar que las revistas Todo, Revista de Revistas, Jueves de Excélsior, Rotofoto, Sucesos para todos y Vea se nutrieron de destacados periodistas, fotógrafos, y caricaturistas. Ricardo Pérez Montfort, “Vea, Sucesos para todos y el mundo marginal de los años treinta”, Alquimia, núm. 33, 2008, pp. 50-59.
[3] Rebeca Monroy Nasr, “Setenta años de fotoperiodismo mexicano: tradición, continuidad y ruptura”, en De la mofa a la educación sentimental. Caricatura, fotografía y cine, México, INAH, 2010, p. 69.
[4] En una serie de notas y reportajes publicados en Revista de América en noviembre de 1958, se hace un recuento de los cuarenta años de trayectoria periodística de Gregorio Ortega. Revista de América, núm. 675, 29 de noviembre de 1958.
[5] Idem.
[6] Idem.
[7] “En Zig Zag por la República de las Letras. José Vasconcelos”, en Revista de América, 29 de noviembre de 1958.
[8] Es importante indicar que tanto la revista Hoy como Rotofoto eran consideradas en su momento dos publicaciones de prensa comercial opuestas al cardenismo. Silvia González Marín, Prensa y poder político. La elección presidencial de 1940 en la prensa mexicana, México, Instituto de Investigaciones Bibliográficas-UNAM / Siglo XXI, 2006. Ricardo Pérez Montfort, “Vea: Sucesos para todos y el mundo marginal de los años treinta”, en Alquimia, núm. 33, 2008, pp. 50-59.
[9] Revista de América, núm. 675, 29 de noviembre de 1958.
[10] Por ejemplo, los amplios reportajes escritos por Luis Suárez acerca del rezago social de los llamados “cinturones de miseria”, en la Ciudad de México. Con fotografías de Manuel Gutiérrez Paredes, Javier (Xavier) Gálvez y Armando Zaragoza, en los que se muestra las viviendas, y sobre todo a los niños pobres sin zapatos.
[11] Gregorio Ortega Molina nació en 1948, estudió literatura francesa en la Universidad de París, y comenzó su carrera periodística al lado de su padre en Revista de América. Siendo joven, acompañó al candidato presidencial Luis Echeverría a su gira por el país en 1970. También colaboró en los periódicos: El Nacional, Ovaciones, El Universal, Siempre! y Uno más uno, donde fue director del suplemento político Página Uno de 1993 a 1998. http://www.indicepolitico.com/gregorio-ortega-molina-coordinador-de-opinion-de-al-momento-noticias/.
[12] Las oficinas del semanario se encontraban ubicadas en Independencia, núm. 90, 5to. Piso. Impreso en la Cooperativa de Artes Gráficas. Cuauhtémoc, Tlalnepantla, Estado de México. Es importante señalar que no se sabe con certeza cuál era el tiraje de la publicación, ni mucho menos de la circulación y recepción que tenía en comparación con otras revistas ilustradas de ese momento.
[13] Revista de América, núm. 334, 26 de julio de 1952.
[14] Idem.
[15] Revista de América, núm. 681,10 de enero de 1959.
[16] Se infiere que fue a partir de 1948, ya que es el primer año del que se tiene registro en el inventario de la Colección Manuel Gutiérrez de la Cineteca Nacional.
[17] Revista de América, 21 de julio de 1951. Recordemos que el Programa Bracero inició en agosto de 1942, como un “acuerdo ejecutivo” entre los gobiernos de Estados Unidos y México, en el que el primero, contrató a miles de campesinos mexicanos para el trabajo agrícola en el contexto de la Segunda Guerra Mundial. Dicho convenio duraría hasta 1964. Blanca Torres, Historia de la Revolución mexicana, periodo 1940-1952: México en la Segunda Guerra Mundial, México, El Colegio de México, 2005, pp. 246-271.
[18] Revista de América, 2 de julio de 1955. Es muy conocida la amplia cobertura fotográfica que realizaron los Hermanos Mayo sobre el Programa Bracero, de 1942 a 1950. John Mraz y Jaime Vélez Storey, Uprooted: Braceros in the Hermanos Mayo Lens, Houston, Arte Público Press, 1996.
[19] Recordemos el caso del periodista Cayetano Alfonso Guerrero Ruiz, quien permaneció un año en La Castañeda, haciéndose pasar por loco, para luego narrar su experiencia. Cayetano Alfonso Guerrero Ruiz, El hilo de plata: 369 días entre locos peligrosos, la trágica vida de los dementes y su muerte de martirio, México, s/e, 1965.
[20] Revista de América, núm. 691, 21 de marzo de 1959, p. 21.
[21] Este fotorreportaje se puede contrastar con un texto de Antonio Rodríguez, escrito a raíz de su estancia en esa región entre 1951 y 1952, donde narra las condiciones de miseria de los indígenas hñähñu (otomíes) y el problema de la escasez de agua. Así como con el trabajo fotográfico de Rodrigo Moya (quien había acompañado a Rodríguez en este viaje al Mezquital), y que en 1955, según sus propias palabras, realizó su primer trabajo fotoperiodístico en ese lugar. Antonio Rodríguez, La nube estéril. Drama del Mezquital, México, Mayahuel, 2007. Rodrigo Moya, “Valle del Mezquital”, http://archivofotograficorodrigomoya.blogspot.mx/ (consultado el 5 de septiembre de 2016).
[22] En el siguiente número aparece otro reportaje con 40 fotografías de Mariachito sobre Juchitán, acompañadas de un texto del escritor oaxaqueño Andrés Henestrosa (1906- 2008). Revista de América, 15 de junio de 1957.