Un mapa sonoro de las migraciones
ENVIADO POR EL EDITOR EL Miércoles, 29/01/2025 - 13:05:00 PMMiguel Olmos Aguilera (coord.), Músicas migrantes. La movilidad artística en la era global, México, El Colegio de la Frontera Norte / Universidad Autónoma de Sinaloa / Universidad Autónoma de Nuevo León / Bonilla Artigas Editores, 2012.
Liliana García Sánchez*
Me gritan, grito y me embuten
en tráiler de carretera,
pero canté en San Antonio
burlando doble frontera.
Si mi canción nació libre
es libre mi canto entero,
soy ave sin pasaporte,
tengo alas para mi vuelo.
“Con los chicanos”, Judith Reyes
El hecho musical condensa historia, memoria, contextos y pretextos sociopolíticos; ahí reside la importancia de los textos contenidos en el libro Músicas migrantes…, los cuales entretejen, desde sus especificas geografías, el hecho estético con el hecho social, el hecho creativo con el hecho comunicativo; la vivencia de los seres humanos que viajan llevando consigo, entre otros elementos, música, pero también la vida propia que adquiere ésta en el camino, los receptores, el papel de los medios, el vuelo migratorio que emprende la música, más allá de los itinerarios humanos. El mapa sonoro resultante es un crisol de rutas, de salidas y llegadas entre la cultura propia, los imaginarios de la identidad y los retos que ello enfrenta ante la movilidad.
Coordinado por Miguel Olmos Aguilera, este libro constituye un esfuerzo sobresaliente por reunir, desde diversas experiencias y espacios de investigación, algunas voces que dan cuenta del trabajo etnográfico, antropológico y etnohistórico que en México se realiza en torno al tema de las músicas migrantes. El fenómeno migratorio lleva implícitas infinidad de ventanas analíticas e interpretativas; al ser el tema musical uno de los más presentes en este hecho, llama la atención que sea también uno de los menos estudiados, quizá porque se trata de un objeto de estudio móvil y cambiante, que como toda expresión cultural y artística, suele moverse con cierta independencia de sus creadores, y por lo mismo, más allá de las fronteras no sólo geográficas, sino también más allá de los límites entre lo tradicional y lo moderno, entre lo “culto” y lo popular, entre la fusión y la conservación, entre el cambio y la continuidad. De ahí la búsqueda explicativa, a través de nociones como reconfiguración, adaptación, permanencia, integración, conservación, fusión, resignificación, restitución y restauración musical, ideas que son retomadas, desde diversas propuestas teóricas y metodológicas, por los distintos autores que participan en esta obra.
El recorrido por las sonoridades de la migración nos lleva por los senderos de la identidad de grupos indígenas como los pueblos mayenses de Chiapas, los de la Sierra Norte de Puebla, los zapotecos en Los Ángeles, California; o los mixtecos en San Quintín, Baja California; explora cómo se reinventa la tradición musical Wixarika o la Comca’ac de Sonora al contacto con otros sonidos y prácticas. Veremos también cómo las músicas populares como la cumbia, el corrido, el danzón o la “perrada” sonorense, se transfronterizan en un mecanismo de continuidad dialéctica con la modernidad, valiéndose de medios como la radio y el internet, posibilitando la creación de comunidades imaginadas, que muchas veces dan salida a las expresiones e identidades fronterizas y marginales.
Las músicas migrantes suelen desprenderse de los cuerpos físicos y las voces que las cantan, para tomar un camino propio, como ocurrió con la canción política chilena y sus ecos en el México de los años 70, o como lo registran músicos como Ry Cooder o Woody Guthrie, quienes escribieron canciones desde y sobre la experiencia de mexicanos migrantes en Estados Unidos, demostrando que muchos testimonios del pasado siglo XX siguen teniendo vigencia en los años de la globalización. Este libro registra ese movimiento incesante de la música, sin perder de vista que el proceso creativo y re-creativo se da en el marco de la vivencia humana del proceso migratorio, entrelazando la experiencia personal, la memoria colectiva o como le llama Marina Alonso, “el acervo de la memoria”, y los mecanismos para recrear el tejido social a través de la música. A lo largo de los distintos ensayos que componen Músicas migrantes…, adquiere peso la idea de que, en el ámbito musical, no seríamos precisos al hablar de “desterritorialización” en contextos migratorios, pues se trata de un movimiento que aumenta y fertiliza la territorialidad por medio de la música.