Notas y apuntes sobre las literaturas bolivianas
ENVIADO POR EL EDITOR EL Jueves, 30/01/2025 - 18:40:00 PMBegoña Pulido Herráez y Carlos Huaman (coords.), Mito, utopía y memoria en las literaturas bolivianas, México, CIALC-UNAM, 2013.
Clementina Battcock*
El libro que coordinan Begoña Pulido Herráez y Carlos Huaman reúne varios trabajos originales, fruto de las investigaciones llevadas a cabo en el Centro de Investigaciones sobre América Latina y el Caribe, en la Universidad Nacional Autónoma de México, sobre el estudio de la literatura andina boliviana durante el transcurso del siglo XX. La problemática que los congregó y dio inicio a las indagaciones fue la presencia de los mitos de las culturas prehispánicas en esa área andina, por ejemplo los provenientes de la tradición quechua y aymará, en la literatura boliviana contemporánea. Por tanto, el objetivo central de ese libro de carácter colectivo, tal como se indica en el prólogo a cargo de Begoña Pulido Herráez, fue observar las formas míticas presentes, los modos de inserción en el texto artístico y, a su vez, examinar si esta presencia estaba al servicio de una intención utópica. Es decir, el libro propone la posibilidad de pensar el rescate de los viejos mitos como forma de imaginar movimientos de liberación indígena. Estas nuevas líneas interpretativas con sus preguntas, sus cuestionamientos y sus reformulaciones permiten observar la riqueza de sus objetos de análisis, en este caso sus autores y la selección de algunas de sus obras. Es una propuesta fresca y enriquecedora que invita al lector —especializado o no— a conocer o explorar otra experiencia literaria en el continente latinoamericano. Un elemento evidente se señala explícitamente en el libro: el paradójico desconocimiento y, por ende, reconocimiento en América Latina de la literatura andina boliviana. ¿A qué se debe este fenómeno? Posiblemente responda a varias razones: en primer lugar, se sospecha que se deba a una intención manifiesta por parte de sus protagonistas literarios y políticos, y quizá, en segundo lugar, a las propias características de su geografía. Estas posibilidades no sólo son pertinentes, sino que plasman una peculiaridad y una variable a considerar tanto en los trabajos de este libro como en futuras investigaciones.
El libro está organizado en tres apartados. El primero de ellos titulado Mito y utopía; el segundo Mito y memoria y el tercero Poesía y utopía. En cada una de estas secciones se hace presente y evidente los distintos abordajes e interpretaciones sobre los tres tópicos que organizan la obra: el mito, la utopía y la memoria.
Así, el primer texto de la primera sección está a cargo de Begoña Pulido Herráez, titulado “Tupaj Katari, de Augusto Guzmán, y el mito de la rebelión”; tal como indica su título, la autora analiza un relato biográfico de 1942 escrito por Augusto Guzmán sobre la figura del indio aymara Julián Apasa, conocido como Tupaj Katari, quien en 1781 protagonizó en Bolivia una rebelión indígena que logró poner cerco a la ciudad de La Paz; es decir, Tupaj Katari aparece en la obra como un precursor de la independencia y a su vez como una figura mítica y símbolo cultural. Comparto la propuesta señalada por Pulido, de que dicho texto puede inscribirse claramente en la corriente indigenista, ya que manifiesta una evidente preocupación por el problema indígena que en las décadas de 1920-1930 ocuparon un espacio preponderante en algunos círculos intelectuales sudamericanos. Es de destacar que Pulido proponga la influencia de Arguedas en el libro de Guzmán. Debo señalar que la autora contextualiza al autor en el complejo panorama político y social de Bolivia de esos tiempos y examina la estructura y construcción de su obra desde una argumentación que le permite comprender la construcción del mito en el texto.
Por su parte, Eduardo Huárag Álvarez presenta su trabajo titulado “Mitos cosmogónicos y el misterio del trasmundo en la tradición oral y la recreación escrita boliviana”, donde analiza los mitos de orígenes, los fundacionales, la presencia de la deidad Viracocha y la creación del universo en la literatura boliviana. Así, enfatiza en su trabajo la relevancia de la tradición oral en los pueblos originarios, la recreación que se realizan de ellos, y propone las nuevas formas o técnicas de narrar particulares de esta región andina.
Jorge Alfonso Pato Pantoja, en su texto “El mito de Pachakuti como propuesta política de los movimientos sociales contemporáneos en Bolivia”, examina la complejidad que implica acercarse a comprender las movilizaciones sociales que en los últimos años ha atravesado Bolivia, sin contemplar las dimensiones que éstas contienen desde lo mítico-simbólico y desde las propias comunidades de base. Estos dos últimos textos de la primera sección tienen elementos y puntos de conexión, como los problemas que enfrentamos para trabajar y abordar la tradición oral en estos espacios andinos.
En la segunda sección Carlos Huaman presenta “Mito, memoria y educación: derroteros de la cuentística boliviana”, donde se detiene a examinar en particular la cuentística y su original relación con la oralidad, la escritura y la educación. De esta forma el autor soslaya que la realidad y la ficción dialogan y plasman una visión crítica de su contexto. Así, el escrito problematiza sobre el papel que desempeña la memoria y, por ende, el olvido en las narraciones seleccionadas y propone que la literatura permite la reconquista, o en algunos casos, la reinvención de territorios extraviados por la memoria.
Por su parte, María de Carmen Díaz Vázquez aborda en su texto, “Entre el mito y la utopía: la nación boliviana y el Aluvión de fuego de Óscar Cerruto”, los atributos míticos y utópicos de la nación boliviana en la novela histórica de Óscar Cerruto, específicamente como aquéllos forman parte del imaginario histórico social de Bolivia en la década de 1930. Así, la autora plantea dos interrogantes que me parece relevante señalar: ¿cómo leer la historia boliviana desde la literatura? y ¿cómo se conjugan la memoria histórica y la imaginación en el relato literario?
El último texto que cierra esta sección es el de María Fernanda Sigüenza Vidal, titulado “El Tío. El castigado y el castigador en la mina boliviana”, en el que analiza la figura paradigmática de los mineros bolivianos: el tío. Específicamente se detiene a trabajar en torno al uso de tres narraciones sobre el castigo del Tío para controlar los mineros. Asimismo, explica que esta temática despertó un particular interés en la segunda mitad del siglo XX con el ascenso de los denominados barones del estaño.
La tercera sección se inicia con el trabajo de Eva Castañeda Barrera, “De la sutil irrupción a la liberación del lenguaje poético: Gustavo Medinacelli”, en el cual analiza la poesía boliviana y enfatiza como ésta no se mantuvo al margen de los innumerables y complejos problemas sociales que ha atravesado Bolivia a lo largo del siglo XX. Asimismo, es de destacar en este análisis la preocupación que manifiesta su autora por la vanguardia boliviana, ya que ésta no comparte con Europa y el resto del continente su singularidad; es más, llega de manera tardía a este país. Específicamente, Castañeda aborda la figura más destacada del surrealismo boliviano, y selecciona algunos poemas de Gustavo Medinaceli para examinar el lenguaje y su forma.
El segundo texto que presenta esta sección y cierra el libro es “Ínsula, exilio y retorno en la poesía boliviana”, de Jorge Aguilera López, quien comparte con Castañeda la línea de análisis de la poética. Así, comienza su trabajo con un cuestionamiento sobre la denominada “tradición poética” y la reconfiguración que conlleva este concepto. De esta forma se detiene a examinar a Óscar Cerruto, Pedro Shimose y Mónica Velázquez, así como algunas de sus obras a partir de una poética intimista y de la necesidad de representarse a sí misma mediante condiciones siempre cambiantes de producción.
Es así como este libro colectivo nos lleva a recorrer un laberinto de opciones y elecciones, de encuentros y bifurcaciones, de continuidades, rupturas y de interpretaciones que los autores han podido conectar y reflexionar. Quien se acerca a esta obra dispone de una prolija exposición y análisis de diferentes relatos que explican el lugar preponderante que ocupan los mitos, la utopía y la memoria en la literatura contemporánea boliviana.
Este libro enriquecerá los estudios literarios latinoamericanos, ya que propone una lectura novedosa sobre la producción y la tradición literaria de ese país andino.